Begoña Gómez llega a su segunda cita ante el juez para declarar como investigada

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Madrid, 19 jul (EFE).- Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha entrado pasadas las 10:10 horas al juzgado madrileño de Plaza de Castilla para declarar como investigada por presunto tráfico de influencias en relación a varios contratos públicos adjudicados al empresario Juan Carlos Barrabés.

Como ocurrió en su anterior comparecencia -que fue pospuesta hasta este viernes-, ha accedido pasadas las 9:30 horas a la sede judicial en coche por el garaje, como acordó ayer la decana de los juzgados tras solicitarlo Presidencia del Gobierno con el objetivo de garantizar su seguridad.

En esta ocasión, la decana de los juzgados de Plaza de Castilla ha restringido el acceso a la sexta planta, donde Begoña Gómez debe declarar, después de los "incidentes e irregularidades" ocurridos el 5 de julio, cuando accedieron al edificio judicial "personas con fines espurios" que grabaron su imagen en los pasillos.

De nuevo, la citación judicial de Gómez está rodeada de una gran expectación mediática, con decenas de periodistas apostados desde primera hora de la mañana frente a la entrada al garaje, en una zona habilitada por la Policía, y con un fuerte dispositivo de seguridad.

Y otra vez más, al otro lado de la plaza, se congrega un grupo de unas treinta personas, pertenecientes a la asociación Hazteoír, con banderas de España y carteles "por la libertad de prensa".

La sede judicial está custodiada por un amplio dispositivo policial, con una decena de furgones de las Unidades de Intervención Policial (UIP) -los antidisturbios-, como también sucedió el pasado 5 de julio, en la primera citación de Begoña Gómez, y agentes desplegados por la zona.

Ese día el juez acordó aplazar la declaración después de que Begoña Gómez indicase que no tenía conocimiento de por qué se le investigaba y de que su abogado comunicase que no se le había notificado la querella de la asociación ultracatólica Hazteoír, que se une a la que presentó contra ella el autodenominado sindicato Manos Limpias, que fue la que dio pie a la causa. EFE

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