Joaquín Reyes: Soy una persona muy humilde a pesar de mi genialidad

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Carlos González de Rivera

Mérida, 16 jul (EFE).- El humorista Joaquín Reyes, que ha deformado a decenas de personajes en sus 'sketch', desde Donald Trump a Carles Puigdemont en la política y a famosos del mundo de la cultura o de la farándula, también es capaz de hacer una parodia de sí mismo: "Soy una persona muy humilde a pesar de mi genialidad".

Así lo hace en una entrevista con EFE con motivo de su debut en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, en la comedia 'La Paz', en la que interpreta a un modesto viticultor griego que harto de la guerra subirá al Olimpo en busca de la paz.

Reyes, al que por fin han convencido para actuar en la arena emeritense, explica que él hace muchos personajes apegados a la actualidad, muchos políticos, pero como cómico le gusta mucho mezclar "la alta cultura con la cultura popular".

En esta obra de Aristófanes que reescribe Francisco Nieva, "también se da eso en el sentido de que hay bromas muy elevadas y hay bromas escatológicas. Eso los griegos lo hacían sin ningún tipo de prejuicio", apunta, y añade que como cómico siempre le ha parecido muy interesante utilizar todo lo que está en su mano para hacer reír. "Luego hay que dosificarlo para que tenga armonía", subraya.

Aclara que él no hace imitaciones, sino que "enfrenta al personaje en un espejo que lo deforma".

Reyes cuenta en su nómina de personas parodiadas a Donald Trump. "Siempre te quedas corto porque es un personaje hiperbólico", subraya Reyes sobre el expresidente norteamericano.

El humorista, conocido monologuista y con una amplia trayectoria en cine y televisión, no elude la invitación de EFE a hacer una parodia de sí mismo y con voz de comediante lanza lo siguiente:

"Hola, soy Joaquín Reyes, una persona muy humilde a pesar de mi genialidad. No puedo parar de crear, todos lo días se me ocurre algo. Soy increíble".

Cuando eres cómico hay que tener "ego", pero como persona ha defendido la importancia del "pudor".

"Vivimos en una sociedad donde nos exponemos muchísimo. La gente muestra todo, muestra lo que come, dónde viaja y me parece que eso no sé. Veremos las consecuencias....Creo que hay cosas que es mejor que te las guardes", afirma.

Reyes reconoce la suerte que ha tenido en su carrera al haberle ofrecido participar en "proyectos increíbles" y ahora, "sin comerlo ni beberlo", en una obra de teatro clásico en Mérida.

¿Qué pensarán en su tierra, en Albacete?, y contesta de nuevo en modo artista: "¡Madre mía!, ¿pero sabe este dónde se ha metido?".

El humorista hace una vez más de embajador manchego, de donde recuerda que son Nieva y la directora de la obra, Rakel Camacho, y también ve un paisanaje en Trigeo, su personaje en Mérida.

"Tiene viñas, fíjate si de eso sabemos en La Mancha, pero los manchegos tradicionalmente no tenemos pretensiones, miramos la vida así con cierta perspectiva. No nos damos pisto", explica.

A su juicio, Trigeo tiene algo de ese manchego sencillo que no sabe si es listo o no, si es astuto; es de esos personajes con varias capas, con matices, que lo hacen muy interesante.

Y asegura que todas las personas pueden ser Trigeo en la búsqueda de la paz. Como individuo uno no se tiene capacidad para detener una guerra, pero sí para "contribuir a que la convivencia sea mejor y sentir empatía incluso por las personas que son diferentes".

Sin embargo, "ahora hay gente que hace discursos de odio que no colaboran", critica Reyes en su versión más seria.

Reyes se muestra muy ilusionado y a la vez muy nervioso ante un reto que le ha obligado a involucrarse en él al cien por cien, ya que no tiene nada que ver con los monólogos que se prepara.

Para este montaje ha hecho un gran esfuerzo de memoria, cuerpo y voz. "No he trabajado tanto en mi vida".

Explica que el lenguaje de Nieva es muy rico y muy certero, pero "no es fácil" ni para el actor ni para el público, y a la hora de cantar "afino, mejor dicho, no desafino", bromea.

Le gustaría divertirse y que la gente conectara con esta propuesta, que es que "es muy original y muy genuina en todos los sentidos": texto, puesta en escena, escenografía, luces y vestuario.

Una cosa que le gusta de este festival es que sea "popular", que se llena de gente del pueblo, de aquí y de fuera, porque "muchas veces la cultura peca de elitista". EFE

cgr/mcm

(foto) (vídeo)

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