Jessica Vall: "Creo que van a ser mis últimos JJOO, pero no soy muy leal con esto"

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Àlex Gutiérrez Páez

Barcelona, 15 jul (EFE).- Después de recibir la invitación oficial de World Aquatics para los Juegos Olímpicos de París 2024 tras quedarse a dos centésimas de la mínima olímpica, la nadadora Jessica Vall (Barcelona, 1988) cuenta a EFE que cree que estos van a ser sus últimos JJOO, pero que puede no ser "leal" a su palabra.

"Creo que van a ser mis últimos, pero en los últimos también lo dije. Quizás no soy muy leal con esto", afirma la catalana de 35 años, a dos semanas de disputar sus terceros Juegos tras haber competido anteriormente en los de Río 2016 y Tokio 2020.

El mundo de la natación se estremeció el pasado 22 de junio, cuando la nadadora del Club Natació Sant Andreu finalizó el pasado Open de Mallorca 2024 con 2:23.93 (a dos centésimas de la mínima olímpica) en los 200 braza.

Al finalizar la prueba con la euforia de terminar en la primera posición, Vall levantó la mirada para comprobar el videomarcador y, al ver el resultado del cronómetro, arrancó a llorar desconsoladamente tras ver que todo el esfuerzo y las lesiones superadas no sirvieron para alcanzar el objetivo.

"En ese momento pensé que no me lo podía creer. No había hecho la mínima. Al principio sientes tristeza de saber que no es el momento, que la suerte no ha estado de tu parte, aunque el deporte de por sí no es justo", recuerda.

Sin embargo, el pasado 3 de julio la Real Federación Española de Natación (RFEN) informó de que Vall finalmente formaría parte del equipo olímpico, integrado por 19 nadadores, participando en las pruebas de 100 y 200 metros braza (su especialidad), gracias a una invitación oficial de World Aquatics con mínima B.

La noticia llegó como un regalo caído del cielo, puesto que, semanas atrás, la organización había advertido de que era complicado que algún nadador recibiera una mínima B en la cita olímpica debido a la cantidad de mínimas A y la reducción de las cuotas totales.

"Al principio estuve dos días un poco descolocada, asimilando las emociones. Luego, gracias a la Federación Catalana, pude incorporarme con el equipo del Sant Andreu", relata la barcelonesa, que viajará a París con tres compañeras del mismo club: África Zamorano, Emma Carrasco y Ainhoa Campabadal.

Ahora mismo, se encuentra ultimando su preparación y entrenando lunes, miércoles y viernes en el CAR de Sant Cugat, poco antes de dirigirse el día 17 a Madrid para la presentación del equipo olímpico y el 23 a la capital francesa.

"Si pienso en cómo acabé Tokio, creía que estos JJOO los vería desde la tele. Clasificarme como lo he hecho, a última hora, es como si alguien me estuviera diciendo que lo viva como un regalo", asegura Vall, con una sonrisa de oreja a oreja.

Desde que saltó a la élite de la natación en 2013, en el Mundial de Barcelona, la deportista olímpica consiguió un bronce en 200 braza en los Mundiales de Kazán 2016 y dos semifinales olímpicas en 100 y 200 braza en Río 2016, repitiendo presencia en Tokio, con otras semifinales en 200 braza.

Ese trampolín deportivo llegó después de graduarse en Biología, algo que muchos deportistas de élite retrasan por las prisas de alcanzar su máximo nivel lo antes posible.

Al pensar en aquella época, le viene a la memoria la "apuesta" que hicieron ella y su familia y la "suerte" que tuvo con las personas que se han cruzado por el camino y que facilitaron que su trayectoria haya sido un éxito.

El tiempo y el "entrenamiento invisible" le han dado la razón y ahora pretende aprovechar sus terceros Juegos Olímpicos sin presiones de cronómetros ni exigencias con conseguir medallas, pero con el objetivo de "llegar a las semifinales" a la espera de decidir si definitivamente cierra su etapa olímpica.

"No creo que haya hecho historia, pero en Palma lo sentí así, porque mucha gente se acercó a decírmelo. En ese momento sí que sentí que formaba parte de la historia de la natación española. No hay nada más bonito", concluye Vall. EFE

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agp/fa/jpd

(foto)(vídeo)

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