Javier Herrero.
Madrid, 13 jun (EFE).- Corría el riesgo de caer en algo anodino la clausura de Mad Cool 2024, con propuestas como Avril Lavigne o Bring Me The Horizon que no terminaban de aterrizar, cuando han llegado The Killers, con sus 20 años de historia y todo el poder y la épica de los clásicos para levantar la jornada.
En el centro de todo, Brandon Flowers, un Elvis redivivo, encarnación perfecta de un "showman" de Las Vegas, desde la mandíbula cuadrada al tupé azabache, pasando por la americana blanca de solapas negras y todo el pulso del espectáculo en su garganta para epatar a las más de 57.100 personas que, según la organización, han rozado esta sábado el lleno absoluto.
Sin un disco reciente al que atarse, la banda estadounidense ha ofrecido un repertorio en el que los éxitos se han ido hilvanando uno tras otro como la más lógica continuidad, desde 'My Own Soul's Warning' hasta 'Mr. Brightside', uniendo todas sus etapas, de fin a principio, con ese rock desprejuicidamente petardo, épico y exuberante como hilo conductor.
Se han presentado en formato de sexteto, con un "power trío" en los coros que le ha dado aún más alas a esas composiciones hechas para volar y al que han sacado especialmente jugo en tramos como el puente nuevo para 'Read My Mind'.
Incluso en un momento dado, han llegado a ser siete, cuando Flowers ha sacado de entre el público a "Daniel, de Madrid", un joven que pedía en una pancarta tocar la batería junto a The Killers y su deseo se ha hecho realidad con 'For Reasons Unknown' de una manera tan acertada que no ha podido ser algo espontáneo. En cualquier caso, gran aplauso por la gesta.
Ha habido tiempo para constatar lo bien que al grupo le sienta ponerse encima las hechuras de los 80 cuando han versionado 'A Little Respect' de Erasure y, más tarde, la fuerza catártica colectiva que tiene 'All The Thing That I've Done' y ese mantra pacifista repetido por miles: "I've Got Soul, But I'm Not a Soldier" ("Tengo alma, pero no soy un soldado", en español).
Ante estos mimbres, probablemente el concierto más coreado de toda la edición, lo del final con chaqueta morada para atacar 'Human' y 'Mr. Brightside' ha sido la crónica de una apoteosis anunciada y el remate que todo festival querría tener.
La jornada sin embargo no arrancaba bien, con la cancelación súbita de Tyla, una de las artistas favoritas de Barack Obama, lo que ha obligado a subir a The Warning a su turno en los escenarios grandes. No se han ofrecido explicaciones sobre este incidente.
Se ha convertido en una costumbre de Mad Cool que el final de las horas más tórridas de la tarde se entregue a coordenadas musicales sosegantes para hacerlas más llevaderas. Hoy le ha tocado a Arlo Parks, con su pelo anaranjado y su trío de músicos que, por momentos, han armado un sonido tan sólido como el de Michael Kiwanuka el pasado jueves.
Cambio completo de estilo justo después con la primera visita de la canadiense Avril Lavigne a España en 17 años. Había cierta expectación por ello en torno a la artista que, como Sum 41, sirvió de referencia con su pop punk dosmilero a la hornada de jóvenes que más recientemente cultivaron ese género, véase la mismísima Aitana de '11 razones'.
"¡Es tan bueno estar de vuelta! ¡Os amo mucho!", ha exclamado tras irrumpir cubierta por una capucha a 32 grados al sol con dos de sus grandes éxitos ya al inicio, 'Girlfriend' y, poco después, el seminal 'Conplicated'.
Aunque ha conseguido meter al público en modo festival antes que ningún otro día, en parte gracias a una banda de rock que le ha dado empaque a su colección de éxitos, ha sido difícil despejar la idea de que todas ellas pasaban a menos revoluciones de lo que deberían y que muchas como 'My Happy Ending' se sucedían casi inadvertidas.
Hacia el final, la balada 'I'm With You' y la jovial 'Sk8er Boy' han contribuido a mejorar la nota final.
El ascensor a la primera línea de cartel de los británicos Bring Me The Horizon no ha sido menos accidentado justo después. El grupo se ha visto oblligado a recortar su actuación al empezar con media hora de retraso, algo de lo que se han declarado inocentes. La organización, de momento, tampoco ha ofrecido razones al respecto.
En cualquier caso, su rock metal algo incendiario y satánico no ha cuajado entre el público de los escenarios grandes, buena parte del cual ha desertado hacia otras opciones como The Gaslight Anthem.
Con The Kooks entre los artistas de cierre, esta edición de Mad Cool se da por satisfecha tras haber reunido en sus cuatro jornadas a unas 220.000 personas del tope 232.000 posible, tras haber disfrutado de actuaciones de figuras como Dua Lipa, The Smashing Pumpkins, Pearl Jam, Sum 41 o Maneskin. EFE
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