Arcade Fire, el sonido engrasado de unos imprescindibles

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Fermín Cabanillas

Sevilla, 12 jul (EFE).- Son tan pocas las oportunidades de ver en directo en suelo español a grupos como Arcade Fire que esta noche había gente en la Plaza de España de Sevilla que esperaba con ansia cada canción, que las bailaba y las coreaba como parte de su existencia, que lo vivía con mayúsculas.

La banda canadiense de indie rock se ha presentado en el Icónica SantaLucía Sevilla Fest, con ese sonido de los 90 que es imposible que interpreten, porque nacieron con los albores del siglo XXI, y con el aval de tener seguidores de todo el mundo, como hoy, aclamando sus temas más o menos conocidos.

Justo a las diez y media de la noche se han presentado los componentes del grupo dando un paseo entre la gente. Han prescindido de los coches eléctricos que en este festival llevan a los artistas desde los camerinos al escenario por su parte trasera, y han caminado entre el público, saludando y haciendo selfies, hasta llegar a los instrumentos y comenzar a sonar con fuerza ‘Rabbit hole’, a toda la potencia que daban los altavoces de este festival en mitad del monumento que cumplirá 100 años en 2029.

Ahí se ha presentado el grupo que tiene a Win Butler como vocalista principal, siempre con aire de estar más revolucionado de la cuenta, subido en la fuente de la plaza micrófono en mano, poniéndoselo difícil a los cámaras para seguirle, y ofreciendo el micro a quien lo quería para acompañarle.

De paso, alguna queja por no tener bien modulado el sonido de su auricular, algo que nunca le había pasado, decía, en 25 años -más de los que tiene el grupo-, mientras sus compañeros intentaban ponerle una nota de humor al desacompasado enfado del cantante, solucionado en menos de medio minuto.

La líder en todos los sentidos

Régine Chassagne, por su parte, ponía la templanza con su voz y su enorme capacidad para tocar todos los instrumentos que le pongan por delante. Régine es, con mucho, el alma de este grupo, con esa voz que parece salida del mejor club de jazz de Nueva Orleans, y que tiene sus orígenes en el Haití de sus padres y el Montreal donde creció.

La canción dedicada a Haití, como siempre que actúa este grupo, ha colocado uno de los momentos emotivos de la noche, con una bandera del país caribeño en mitad del escenario, y la cantante recordando, entre otros, a sus primas, las que nunca nacieron por culpa de todo lo que le ha asolado y le sigue asolando en esa isla que comparte con República Dominicana.

‘Reflektor’, ‘Tunnels’, ‘Power out’…, todos los temas que han ido dándole al aire de Sevilla suenan perfectos en esta formación engrasada perfectamente con el paso de los años, creada para ocupar un hueco en la música donde es difícil calificarles, y que montan sus conciertos como una obra de teatro con música de fondo.

Tres grupos, tres estilos

La noche de Icónica en Sevilla ha dado para más, porque la jornada de este viernes se ha concebido como un encuentro de tres grupos con otros tantos estilos distintos, con apertura de la jornada para ‘Chk Chk Chk’, la banda fundada en Sacramento en 1996 que se ha convertido en toda una referencia de la música dance punk.

Durante más de una hora de recital han puesto en el escenario algunos de sus temas más conocidos, como ‘A litle Bit’ o ‘Panama’, con su solista, Nic Offer, interactuando con el público, bajando a cantar entre la gente e incluso atreviéndose con un español en ciernes para agradecerle su apoyo.

Y nada más despedirse ‘Arcade Fire’ ha sido el turno para los hermanos Paul y Phil Hartnoll, Orbital, fundamentales en la evolución de la música electrónica desde su debut en 1989, como producciones como ‘Chime’ y ‘Belfast’, elegidas precisamente para coronar el concierto, que han influido en generaciones de artistas de distintos tipos, sobre todo por su uso innovador de la tecnología sin despreciar las bases musicales que siempre han difundido. EFE

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fcs/plv

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