Madrid, 8 jul (EFE).- El Instituto de Salud Carlos III ha constatado cómo tras el parón de la covid-19, los casos de enfermedad neomocócica (EPI) han superado los niveles prepandémicos en niños y se han igualado en adultos, algo que podría prevenirse en gran parte con las nuevas vacunas conjugadas recientemente autorizadas.
El estudio, publicado en la revista "Journal of Infection", ha demostrado cómo el uso de medidas no farmacológicas como la mascarilla, el lavado de manos, el confinamiento o el distanciamiento social también frenaron, como ocurrió con otras enfermedades, la incidencia de EPI en 2020 y 2021.
A partir del tercer año, los casos en todos los grupos de población empezaron a resurgir, en 2022 "de forma parcial", mientras que en 2023 "el rebrote fue completo", señalan el equipo de investigadores encabezados por liderado por el investigador del CNM-ISCIII José Yuste.
Por ejemplo, en niños de menos de 5 años, los casos cayeron un 48 % en 2020 (de 213 en 2019 a 112) y a 123 en 2021, pero ya en 2022 pasaron a 213 y a 273 en 2023, con lo que se superaron las tasas precovid.
Mientras, en mayores de 65 años bajaron un 53 % (de 1.477 a 694), y un 34 % en 2021 (458); en 2022 subieron a 905, que se dispararon a 1.525 en 2023, con lo que se alcanzó las cifras de antes de la pandemia.
La enfermedad neumocócica invasora es una infección grave causada por la bacteria Streptococcus pneumoniae (neumococo), que puede producir un amplio espectro de manifestaciones clínicas que comprenden sepsis, meningitis, neumonía bacteriémica, artritis, osteomielitis, celulitis y endocarditis.
El estudio confirma además el aumento de casos por cepas invasivas, algunas de ellas asociadas altos niveles de resistencia a los antibióticos, lo que supone una importante preocupación para la salud pública.
Por eso, la prevención de la EPI en niños y adultos "es una de las principales prioridades a nivel mundial", ya que se asocia con altas tasas de morbilidad y mortalidad en todo el mundo; el uso de vacunas antineumocócicas conjugadas (PCV) son medidas costo-efectivas y una estrategia profiláctica muy útil para prevenir y reducir el impacto de la resistencia a los antibióticos.
En este sentido, la investigación resalta que el uso de las nuevas vacunas conjugadas, que mejoran la protección de las anteriormente disponibles y que se han autorizado recientemente en España, podrían ayudar a prevenir muchos de los nuevos casos de enfermedad neumocócica, incluyendo nuevos serotipos.
La vacunación adulta frente al neumococo no es estacional, por lo que se puede administrar en cualquier momento del año y es para toda la vida, a diferencia de la de la gripe, que hay que ponérsela cada año porque el virus cambia. EFE
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