Txani Rodríguez cree que los escritores deben dedicarse a escribir sin pensar en el cine

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Gijón, 6 jul (EFE-).- La escritora vasca Txani Rodríguez ha afirmado que los escritores deben dedicarse a escribir sin pensar en que sus obras pueden ser adaptadas al cine, al presentar este sábado su última novela 'La seca' en la trigésimo séptima edición de la Semana Negra de Gijón.

La autora ha dicho que cuando escribe no piensa en la posibilidad de que sus obras puedan ser adaptadas a medios audiovisuales, porque considera que los escritores deben dedicarse a hacer lo que mejor saben y ha reconocido haber quedado sorprendida porque su novela 'Los últimos románticos' fuera escogida por el director David Pérez Sañudo para hacer una película.

El cineasta ha finalizado el rodaje de la película, que mantiene el título original de la novela de Rodríguez, sobre la vida de Irune, una joven insegura, maniática e hipocondríaca que pasa sus días entre la fábrica de papel en la que trabaja y su casa en un barrio de Bilbao.

Rodríguez, que incluso hace un pequeño “cameo” con tres frases en la película, considera positivo que el cine se apoye en obras literarias porque no solo es beneficioso desde el punto de vista de la retribución económica, sino también en la proyección que le da a los escritores de las obras originales.

Sin embargo, la escritora ha expresado su convicción de que si se escribe “mirando por el rabillo del ojo” al cine, “se pierde la esencia” de la literatura, que debe ser fiel al formato y a los lectores.

Rodríguez ha presentado en la Semana Negra de Gijón su última novela 'La seca', un relato sobre el miedo, en un mundo rural en riesgo de extinción por la caída de la población y el cambio climático.

'La seca' hace alusión a un hongo que parasita los alcornoques, de los que viven cientos de personas que trabajan en la cosecha de corcho, una actividad en decadencia, y también al carácter huraño de la protagonista, Nuria, que regresa al pueblo en el que pasó su infancia en un espacio natural protegido del sur de España.

La autora ha explicado que quiso mostrar el paisaje como un personaje más de la novela y contar una historia que reivindica las formas de vida y de producción artesanal en el campo como un mecanismo de defensa frente al cambio climático.

La extracción del corcho de la corteza de los alcornoques es “sostenible”, se realiza en una época determinada cada 8 años y no se daña a los árboles ni a la biodiversidad de los montes, por eso debe ser mantenida, ha destacado.

En Andalucía la superficie de desmonte dedicada a la plantación de aguacates va en aumento y eso no es sostenible porque cada planta necesita más de doscientos litros de agua a la semana y se han dado casos de robo del caudal de los acuíferos para el regadío, ha afirmado la escritora. EFE

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