La leche, el agua y la manipulación de sus plumas puede matar a los pollitos "huérfanos"

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Madrid, 5 jul (EFE).- El impulso de salvar a un pollito "huérfano" tendido en el suelo puede ser bienintencionado pero contraproducente porque medidas como darles leche o agua y tomarlos en las manos pueden ser "una condena" para estas aves jóvenes, advierte SEO/BirdLife en una nueva edición de su campaña 'No lo cojas'.

Crías de gorriones, golondrinas, aviones o mirlos entre otras aves aprovechan el buen tiempo para saltar del nido, a veces incluso antes de las dos semanas de edad y en lugares peligrosos para ellas, porque "se desarrollan a una velocidad vertiginosa" e intentan abandonarlo aunque todavía no sepan "volar con solvencia".

Por ello, si se encuentra uno de estos pollos, la organización conservacionista recomienda intentar devolverlo a su nido y, sólo cuando no sea posible, cogerlo "con mucho cuidado", meterlo en el interior de una caja oscura cubierta de papel absorbente con algún orificio de ventilación y llevarlo a un Centro de Recuperación de Fauna".

SEO/BirdLife recomienda no alimentar una cría de ave con leche, galletas o miga de pan, porque "da igual la especie: necesitan proteínas" y, en el caso de la leche, "puede matarla directamente".

Tampoco mojar su pico o su cuerpo para refrescarla sobre todo en días de calor porque el agua "entrará por los orificios por los que respira" y ello le condenará a "una muerte lenta y dolorosa".

En cuanto a manipularla con las manos, un excesivo contacto con el plumaje lo estropeará y probablemente le incapacitará para la vida en libertad.

Recuerda además que el hecho de que los pollitos se encuentren en el suelo no significa siempre que necesiten ayuda porque "es difícil que sus padres abandonen una cría" y es probable que estén dando sus primeros pasos bajo su cuidado.

La excepción a estas recomendaciones son los vencejos, aves "muy especiales" porque "pasan su vida en el aire y no están adaptados a posarse en el suelo, desde donde tienen problemas para despegar" y por eso si se encuentra uno, sea adulto o cría, es porque realmente necesita ayuda.

Si está en buenas condiciones, basta con depositarlo en la palma de la mano, elevarla lo más alto posible en un sitio abierto y dejar que vuele, sin lanzarlo ni impulsarlo y, si no, es imprescindible llevarlo al Centro de Recuperación de Fauna. EFE

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