Laila Ripoll recibe un homenaje en Almagro: "Los clásicos no son intocables"

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Inmaculada Tapia

Madrid, 2 jul (EFE).- La directora y dramaturga Laila Ripoll tiene un trío de ases en la mano. En la 47 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro recibirá un homenaje por su dedicación a los clásicos, presenta la obra 'Una humilde propuesta' y comisaria la exposición 'Calderón, un escenario imaginado'.

La también actriz, fundó en 1991 la compañía Micomicón, con la que además de poner en marcha decenas de espectáculos, desarrolla un trabajo de investigación y recuperación de los textos del Siglo de Oro español.

"Los clásicos no son intocables", dice a EFE Ripoll (Madrid, 1964), para quien el homenaje "es importantísimo porque tengo una relación muy estrecha con Almagro, un lugar al que amo profundamente", donde realizó su primer trabajo profesional y ha visto crecer a su hijo.

"Es el pueblo que nunca he tenido, y que tu pueblo -dice la madrileña- te dé un homenaje es importante".

Asegura que su amor por los clásicos se lo inoculó Josefina García Aráez en la Escuela de Arte Dramático. "Me abrió lo ojos y me llevó por ese camino" en el que se enamoró de la 'Numancia', de Cervantes, y de Lope de Vega.

Asegura que los clásicos están de plena actualidad, "reverdecen", y elogia la labor de la Compañía Nacional de Teatro Clásico "que nos ha puesto a nivel europeo".

"Nos hemos empezado a dar cuenta del patrimonio que tenemos; como sociedad venimos de ahí y ya podemos empezar a darles la vuelta, a jugar con ellos; son familiares, son conocidos, no son intocables, antes eran polvorientos", subraya Ripoll.

A pesar de ello, detecta una desvinculación de los clásicos en el ámbito académico, que no vincula a los jóvenes con esta literatura.

"Ellos están todo el día rodeados de poesía", el rap, el trap o el reguetón no dejan de ser un "lenguaje en verso con su lírica particular, ellos están metidos en esa rima, en lo poético", lo que no es muy diferente del teatro clásico, pero "si les metes un ladrillo lleno de naftalina, salen corriendo".

El reconocimiento le llega por su amor por los clásicos y por vivir en la "trinchera del teatro", un término con el que bromea.

"Hacer teatro no es cómodo. Estamos en un momento que la gente trabajaba en otras cosas para después dejarse el sueldo en el teatro. Es imposible vivir solo de hacer teatro", porque asegura que no hay voluntad política para darle impulso.

Sin embargo, apunta que las artes escénicas viven un "momento extraordinario" de creatividad. "Al teatro se viene a sufrir y a disfrutar también, si no tienes una pasión muy grande, dedicate a otra cosa", aconseja.

Y realiza un aviso a navegantes sobre un oficio "bonito" en el que hay que saber desempeñar otros muchos. "Lo mismo descargas las furgoneta que coses un traje; que sales a escena o friegas el escenario, si hace falta".

'Una humilde propuesta', de Jonathan Swift, el autor de 'Los viajes de Gulliver', es la adaptación que subirá al escenario Laila Ripoll en Almagro. Una obra satírica breve que "parece mentira que esté escrita a principios del XVIII".

Un texto en el que -cuenta- surgen personajes populistas, "como Milei y otros que dejan corto el discurso de Swift. Parece que esté escrito ayer".

La última pieza de este triángulo tan redondo de Almagro es la exposición de la que es comisaria, 'Calderón, un escenario imaginado'.

Es la primera vez que comisaria una exposición y reconoce que "está siendo un descubrimiento. Es tan interesante hablar de Calderón", una buena excusa para conocer cómo ha evolucionado el teatro en estos siglos.

Desde La Barraca a Margarita Xirgu, lo que era Calderón en su época, la aparición de la luz eléctrica. "Calderón era un gran ilusionista, sus espectáculos eran mágicos y llenos de sorpresas, mucho truco", que merece la pena descubrir. EFE

it/lml

 (Recursos de archivo en www.lafototeca.com cód 14551145 y otros

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