Sara Rodríguez Pachón.
Madrid, 2 jul (EFE).- Encontrar ejemplares descatalogados, el que sean más baratos, apoyar iniciativas solidarias o fomentar la economía circular son algunas de las razones para el comercio de libros de segunda mano, que llegó a disparar sus ventas un 200 % durante la pandemia, aunque ahora ya se ha estabilizado.
Así lo explican a EFE desde Uniliber, la asociación sin ánimo de lucro formada por profesionales especializados en libros antiguos, descatalogados y de segunda mano que recuerdan cómo durante los meses de la pandemia pasaron a tener 1,3 millones de usuarios registrados en su página web, en la que ofrece un catálogo conjunto de las 220 librerías asociadas, a 2 millones.
Dar una segunda vida a los libros es también una buena opción para los jóvenes, un grupo de población muy lector, según el estudio Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España, que sitúa en un 74 % a las personas de entre 14 y 24 años leen en su tiempo libre.
"Hoy en día que la sostenibilidad del planeta preocupa a gran parte de la población, la adquisición de ejemplares de segunda mano o usados es fundamental para compradores de libros que están comprometidos con el medio ambiente", sostienen en Uniliber.
A esto se suman otras razones como "el gusto por leer, por encontrar el libro que necesitas, el libro raro y/o descatalogado", ha contado a EFE Soraya Plaza, de la librería Ábaco Libros Usados.
Apoyar iniciativas solidarias es otro de los motivos que llevan a los lectores a comprar estos libros, como es el caso de la asociación sin ánimo de lucro, 'Solydarydarse'.
Son los creadores de Libros del Abuelo, "una librería de segunda mano poco convencional: al tener un proyecto social y ser una ONG nuestro objetivo es siempre generar puestos de trabajo para personas en riesgo de exclusión social", ha explicado uno de los responsables de la organización, Javier González.
'Otro mundo es necesario', otra organización sin ánimo de lucro, abrió en 2018 su librería como "un lugar de encuentro y de intercambio donde podíamos seguir generando empleo digno y de calidad para personas en riesgo de exclusión social a la vez que formábamos parte de una cultura de la reutilización, del no desperdicio, de economía circular", explican a EFE desde la asociación.
Esta organización coincide con Soraya Plaza en que tienen "una clientela muy lectora, que visita la librería con bastante asiduidad".
Asimismo, a la vez que hay personas interesadas en novelas actuales, también "viene gente muy exquisita que suele encontrar pequeñas joyas". Es por eso que "los libros descatalogados son también un gran reclamo en nuestra librería", añaden desde 'Otro mundo es necesario'.
No obstante, algunas de las librerías de este tipo están echando el cierre, una situación que no ocurre con las tradicionales pues en Madrid son ya más las que abren que las que ponen fin a su negocio. EFE
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