La especialidad de urgencias garantiza expertos y suple el déficit previsto para 2030

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Madrid, 2 jul (EFE).- Los urgenciólogos españoles ya no estarán obligados a formarse a sí mismos. La nueva especialidad de urgencias y emergencias, aprobada este martes en Consejo de Ministros, garantiza expertos con formación reglada y estructurada, y permite anticiparse al déficit previsto para 2030 al ofertar nuevas plazas.

Con este hito, se cumple una reivindicación histórica, que se remonta a 1988, cuando se creó la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), y se pone fin a una anomalía en relación con Europa, donde España y Portugal eran los únicos países sin este reconocimiento, ha celebrado en una entrevista con EFE el presidente de la entidad, Tato Vázquez.

El real decreto que mañana aprobará el Consejo de Ministros y que ha avanzado este lunes el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, es también "muy importante" para los profesionales de Atención Primaria, ya que el texto establece, por primera vez, un periodo común de formación entre dos especialidades, habilitando a los de una y otra a la obtención de la doble titulación.

"No es una formación compartida en un centro de salud o en un hospital, tiene que ver con la adquisición común de competencias. "¿Un médico de familia debe saber hacer una exploración neurológica? Sin duda. Un médico de Urgencias, también", pero mientras el primero lo aprenderá en un centro de salud, el segundo lo hará en el hospital. "Tienen que estar tranquilos porque seguirán formándose en su especialidad", garantiza Vázquez.

El nacimiento de esta especialidad va a suponer un "cambio sustancial" en los servicios de urgencias porque permite planificar adecuadamente los recursos humanos para los servicios de urgencias y emergencias y suplir las previsiones de déficit, que se estiman en torno a 2.000 profesionales en seis años.

Según el último Informe Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos del Ministerio de Sanidad, en 2030 el 50 % de los aproximadamente 10.000 urgenciólogos que hay en España tendrán más de 50 años, y el 20 % más de 60 lo que supone que en cinco años se van a jubilar unos 2.000.

Además, el informe sostiene que los servicios en urgencias en 2028 serán los más deficitarios de España y los urgenciólogos el colectivo más envejecido.

La creación de la especialidad se perfila así como la solución para revertir estos pronósticos.

Según estimaciones de SEMES, se requerirá la formación de 500 médicos al año en la especialidad para paliar el déficit que se prevé en 2030, y que haya recambio generacional.

Vázquez sitúa en 2026 la primera convocatoria MIR. Para eso año, dice, "estará todo perfectamente engrasado y preparado y bien definida la acreditación de unidades docentes y tutorías".

En la próxima convocatoria, la de 2025, Vázquez ve "muy complejo" que se puedan ofertar todas las plazas, salvo que el Ministerio de Sanidad esté muy alineado con la sociedad médica y saque algunas plazas testimoniales.

Una vez aprobada la especialidad, el primer paso, desde el punto de vista de formación y docencia, es crear la comisión nacional de urgencias y emergencias, que define el programa oficial y los criterios de acreditación de las unidades donde se forman los residentes.

El real decreto también recoge la homologación de los urgenciólogos y afectará a unos 10.000, siempre y cuando hayan trabajado cuatro años en los servicios de urgencias y emergencias de los últimos siete, a tiempo completo. Si no llegan a esos cuatro años, deberán hacer una prueba objetiva, según contempla el real decreto.

Otro de los beneficios de la creación de la especialidad es que se abre el espacio europeo para estos profesionales, que hasta ahora no podían trabajar en servicios de urgencias de la UE.

Vázquez también valora que el hecho de tener residentes propios hace que la dinámica de la formación y la investigación cambie radicalmente.

"Sentirse identificado con las urgencias y emergencias es muy importante. No es lo mismo un residente de otra especialidad que está rotando a uno del propio servicio, que sabe que este será su trabajo futuro", añade.

Después de 36 años en el que los urgenciólogos españoles han peleado por la especialidad, el presidente de SEMES valora el "entendimiento" conseguido con Medicina de Familia en los últimos dos años, que ha permitido "limar asperezas y que la relación sea muy fluida".

Si bien los médicos de familia argumentaban, de manera histórica, que estaban preparados para atender las urgencias, Vázquez afirma que esto podría ser con las urgencias de hace 40 años, pero no con las actuales, más resolutivas y con técnicas complejas.

En el momento en que Medicina de Familia admitió que había que hacer un área de capacitación específica para urgencias, reconocía la premisa de que este servicio precisa de una formación especializada.

Y es que el perfil del paciente de Atención Primaria es de crónicos y pluripatológicos, mientras que el de urgencias es "un paciente agudo o hiperagudo al que hay que atender en poco tiempo". EFE

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