El gol con nombre propio

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 Roberto Morales

Donaueschingen (Alemania), 29 jun (EFE).- El 21 de junio de 1964 es una fecha recordada eternamente por el fútbol español. En un Santiago Bernabéu lleno hasta la bandera en la final de la que era segunda edición de la llamada por entonces Copa de Europa de Naciones, llegó el primer título de España gracias a un tanto de Marcelino Martínez que decidió la final ante la todopoderosa Unión Soviética.

Una selección que jugaba al ritmo que imponía Luis Suárez, el único futbolista nacido en España reconocido con el Balón de Oro, se alzaba con su primer título continental en lo que se consideró un hito histórico. Tumbar a Rusia con una acción larga de posesión en la que el balón lo comenzó controlando con el pecho Amancio Amaro en el costado izquierdo, pasó por Zoco, cayó a la derecha a Pereda que arrancó en corto y sacó un centro de diestra que encontró el potente remate lanzándose abajo de Marcelino.

El delantero gallego que militaba en el Zaragoza dejaba su nombre para la posteridad con un testarazo repleto de potencia que se colaba por la izquierda de una leyenda, el portero Lev Yashin de la URSS. Cuando todo apuntaba hacia un final con empate a un tanto, tras los goles del propio Chus Pereda, decisivo como goleador y asistente, igualado por Khusainov.

Para la eternidad quedó el nombre de Marcelino pero junto a él escribieron con letra de oro el primero de los grandes éxitos del fútbol español, Iríbar, Rivilla, Olivella, Calleja, Zoco, Fusté, Amancio, Pereda, Marcelino, Suárez y Lapetra completaron el equipo titular de la final. Con José Villalonga como primer seleccionador que dirigió a España a un título.

La temible Unión Soviética llegó con poderío a la final, pasando por encima de Dinamarca, 3-0, con goles de Voronin, Ponedelnik e Ivanov. España lo hacía con sufrimiento, en la prórroga en el Santiago Bernabéu gracias a un tanto de Amancio Amaro (2-1).

Antes, Pereda había marcado el primer tanto igualado por Nagy en los compases finales. En una acción a balón parado, un saque de esquina de Carlos Lapetra rematado por Fusté cayó a Amancio para impulsar a la selección a la gran final.

Era la segunda participación de la selección española en una Eurocopa, la primera, en 1960 no la terminó siendo una de las grandes favoritas porque Franco retiró al equipo en cuartos de final, que se disputaban a doble partido, por no disputarse en terreno neutral. Prohibió que los soviéticos viajasen a Madrid. Así, cuatro años después, cuando la política no se inmiscuyó en el deporte, España logró la primera de sus tres Eurocopas. EFE

rmm/jag

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