Artista trans Ondina Maldonado denuncia la violencia a que se exponen por romper el género

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Olivia Alonso

Madrid, 29 jun (EFE).- "Es denigrante y horrible tener que justificarse todos los minutos del día". Así lo asegura el artista trans no binario Ondina Maldonado en una entrevista con EFE, en la que denuncia el "nivel de violencia" al que se expone el colectivo a diario por "romper con el género".

Una decisión que, asegura, no se toma para llamar la atención o por moda y para la que reclama espacio. "Tenemos que empezar a entender que esto es una realidad y que la opinión de los demás no va a determinar nuestra existencia. Que tú opines que yo no estoy tomando la decisión correcta no cambia ni mi decisión, ni mi vivir, ni mi sentir".

Maldonado (Getafe, Madrid, 1987) que acaba de representar la obra de teatro 'No Gender' en los Teatros del Canal de Madrid, no duda en calificar como "auténtica vergüenza" el tener que reclamar los mismos derechos constantemente y pide un esfuerzo para que las personas sean nombradas según sus necesidades.

"Yo he pasado meses tartamudeando en los que no era capaz de hablar porque no había relación entre lo que mi cerebro pensaba y lo que salía en palabras. Ahí había una batalla muy grande. Y en esa batalla la gente se encuentra con que la 'e' es una letra que le define y que no corresponde ni a la 'a' ni a la 'o'. Y es muy válido, muy correcto y muy real", defiende.

"¿Cuándo te diste cuenta? Esa es la gran pregunta que siempre te hacen", subraya Maldonado a sus 37 años, y revela que la respuesta es que "lo has sabido siempre, pero no tienes herramientas para nombrarlo".

Según su relato, fue durante el confinamiento y por el concepto del no binarismo por lo que entendió "por dónde iba la cosa". "Cuando has descubierto cuál es tu orientación sexual, que en mi caso es bisexual, hay otra capa que tiene que ver con la identidad", indica el artista.

Y en el camino hacía la visibilidad surge otra pregunta en el seno del colectivo: "La edad a la que la sociedad nos daría permiso para considerarnos personas trans. Si se dice muy tarde, te dirán que es un poco tarde para que te hayas dado cuenta ahora y si eres muy joven, que no tienes edad suficiente para saber quién eres", destaca.

En este sentido, detalla que su 'tardanza' tuvo que ver con no haber tenido referentes, con no haber tenido visibilidad y con no haber tenido dónde mirar y dónde ver opciones.

Además, explica que "cuando eres una persona trans intentas huir de esta realidad porque hay algo de intentar cómo ser consecuente con lo que se supone que tienes que ser y con lo que te dicen. Yo fracasaba todo el tiempo como la chica que era. Y de repente, te das cuenta de que no eres eso, y el muro con el que te has estado pegando se parte".

Defiende que el género en sí no existe. "Esto no es poesía, es real, es ciencia, el género es una convención social. Son hábitos, características y un montón de cosas más que hemos atribuido a un género o a otro y que, por tanto, no existe".

Y explica que, "partiendo de la base de que hay romper con esa idea", su realidad también sobrepasa el hecho de "tener que estar en uno de los dos sitios". "Yo podría decirte: soy una persona trans, entonces ahora soy un chico... pero es que seguiría en la misma cárcel que estaba antes".

 "Es que no va de eso", clama, mientras subraya que "más allá de que me hormone o no, o me nombre con una letra o con otra, lo que estoy haciendo, diciendo y viviendo es la ruptura con esa dualidad de género y con esa imposición de lo que se supone que tengo que ser socialmente como una mujer o como un hombre".

En este sentido, afirma que "estamos en un momento de tránsito" y que hay que dar sitio a nuevas realidades", mientras señala que la misma persona que le dice que no se hormone porque no le hace falta - o porque considera que no lo necesita- es la que, a su vez, le dice que no le va a hablar en masculino si no tiene un "aspecto de chico".

"Entonces, ¿qué es lo que hago?", se pregunta, mientras reconoce que como todo el mundo quiere que le quieran y ser deseable, por lo que al final "es imposible que no entre por el aro con cosas que a lo mejor no entraría si estuviera en otro ambiente".

A principios de junio, Maldonado representó en Madrid 'No Gender', una investigación sobre el género, un planteamiento sobre lo que supone y cómo afecta a todos, "seas del colectivo o no", según palabras del artista, al destacar que el 'feedback' de la gente "ha sido brutal" ante una obra que no trataba de "adoctrinar" ni buscaba la empatía con el artista.

Su objetivo era abrir un diálogo y llegar a un público que no fuera solo del colectivo en el que el actor exponía una realidad "con la que tú puedes situarte y entender dónde te coloca a ti, dónde te colocas con todo esto, y qué opinas tú de lo que ocurre con el género".

Cansado de tener que justificarse y explicarse todos los días, reconoce que no puede escapar de su discurso porque es su realidad.

 "Es entrar a un baño y que me regañen. En el de mujeres siempre se me dice algo y cuando voy al de hombres suelo pasar más desapercibido, pero también hay miradas raras".

"¿Qué hago con esto?", se pregunta al referirse al debate abierto sobre baños mixtos. "Me parece muy bien tu opinión, pero yo tengo que vivir y tengo que ir al baño. ¿Qué hago?, ¿cómo encajo aquí?, concluye.  EFE

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