Un rayo impacta contra un piso en Mijas y abre un boquete de varios metros en el tejado

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Esther Gómez

Mijas (Málaga), 28 jun (EFE).- El paso de la dana por la provincia de Málaga ha dejado algo más que agua, granizo e imágenes de relámpagos iluminando el cielo: a John Vera uno de estos rayos le ha destrozado el tejado de su casa en Mijas y le ha echado abajo la buhardilla.

Afortunadamente, cuando cedió el techo el hombre se encontraba en la planta baja del piso y la estructura no sufrió daños.

Desde el exterior se puede ver perfectamente un boquete de varios metros en el tejado, al que John mira con cara de preocupación. Ya dentro de la vivienda, en el suelo de la sala aún hay cascotes y polvo, especialmente en la escalera que sube a la planta alta, ahora impracticable.

El hueco de acceso a la buhardilla ha quedado completamente taponado por trozos de madera del revestimiento de la habitación, muebles y demás enseres.

La madrugada del jueves, los truenos no dejaban dormir a John Vera, así que se levantó, se preparó una infusión y se sentó en el sofá. La lluvia caía con fuerza, el resplandor de los relámpagos iluminaba el salón y los truenos se escuchaban cada vez más cerca, pero nunca creyó que tanto como para que un rayo impactase en su techo.

"Estaba sentado y de buenas a primeras se produjo un resplandor inmenso", que se le hizo eterno, y, tras él, una "explosión enorme" que lo dejó aturdido, explica a EFE.

"En un primer instante no sabía lo que había pasado", comenta. Alargó el brazo, encendió la luz y vio que "era todo una nube de polvo" y él mismo estaba cubierto de escombros y arenilla.

Conmocionado se quedó sentado en la misma posición alrededor de una hora. En ese tiempo llegó a pensar que "Putin había apretado el botón" y que se encontraba a las puertas de la III Guerra Mundial. Lo último en lo que pensó fue en que se trataba de un rayo, confiesa.

La situación de John, con problemas cardíacos, sin trabajo ni ayudas, es bastante dramática. A pesar del riesgo que conlleva permanecer en una vivienda cuya planta superior está prácticamente derruida, él sigue allí a la espera de que aseguren el hueco de la buhardilla.

Aún descolocado por lo sucedido, cruza los dedos para que la estructura de su pequeño apartamento sea tan fuerte como aparenta, ya que no tiene otro sitio al que ir.

"¿A dónde acudes? ¿A quién llamas? ¿Con quién hablas si te cae un rayo en tu casa?", se pregunta John.

Sin tejado y con todo manga por hombro, este vecino de Mijas se siente sobrepasado y perdido. "Uno no está preparado para que le caiga un rayo y cuando te pasa algo así, no sabes qué hacer", lamenta. EFE

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eg/vg/pss

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