València, 28 jun (EFE).- Un equipo de la Universitat de València (UV) ha descubierto similitudes en la dieta del extingo megalodón y del gran tiburón blanco, al menos en la cuenca del mar Mediterráneo durante el Neógeno, ya que en el análisis de los patrones de microdesgaste dental de ambas especies no se han encontrado diferencias significativas.
El estudio sobre las interacciones tróficas entre el gigante extinto megalodón (Otodus megalodon) y el gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias), que revela que ambos depredadores podrían haber llegado a competir por recursos tróficos, ha sido publicado en la revista Spanish Journal of Palaeontology, según ha informado la institución académica en un comunicado.
La investigación realizada por el equipo de investigación del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la UV, formado por María Victoria Paredes-Aliaga y José L. Herraiz, proporciona nuevos datos sobre la posible competencia por recursos tróficos en el pasado entre ambas especies.
Se centra en el análisis del microdesgaste dental, es decir, las marcas microscópicas que se generan en la superficie de los dientes durante la ingesta de los alimentos. Esta herramienta permite inferir en las propiedades físicas y mecánicas de las presas ingeridas.
Con ello, se han comparado las marcas de desgaste presentes en la superficie de los dientes del megalodón y del gran tiburón blanco. Los dientes fósiles analizados, y depositados en el Museo Paleontológico de Elche (MUPE), provienen de yacimientos del Neógeno (23,3–2,58 millones de años) de la región de Alicante.
Los resultados revelan que, a pesar de que el megalodón mostraba una ligera preferencia por dietas menos abrasivas, en comparación con el tiburón blanco, no se encontraron diferencias significativas en los patrones de microdesgaste dental de ambas especies.
Esto ha llevado al equipo investigador a sugerir que el megalodón y el gran tiburón blanco podrían haber tenido dietas similares, al menos en la cuenca del mar Mediterráneo durante el Neógeno.
El estudio aporta evidencias adicionales al debate sobre la extinción del megalodón, que ha sido atribuida tanto a cambios climáticos como a la emergencia de nuevos competidores, en especial a la aparición del gran tiburón blanco.
Aunque los resultados del trabajo apoyen una posible competencia directa entre ambos tiburones, Paredes-Aliaga y Herraiz destacan la necesidad de futuros estudios que estimen los tamaños de los ejemplares y que incorporen datos de otras regiones geográficas para una comprensión más completa. EFE
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