Los asesinos de Francisco de Pablo le enterraron en una fosa séptica por una deuda

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(Actualiza la NA4046 con más información acerca del crimen y de la declaración de los acusados en sede judicial)

Madrid, 27 jun (EFE).- Los supuestos asesinos de Francisco de Pablo, desparecido en Madrid en marzo de 2022 y cuyos restos fueron hallados a principios de junio, le enterraron en una fosa séptica por una deuda económica relacionada con una plantación de marihuana.

En total fueron detenidas seis personas, cuatro hombres y dos mujeres, entre los que se encuentran el presunto autor del crimen y su cómplice, que tras su arresto ingresaron en prisión provisional como supuestos autores de un delito de homicidio, ha informado la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Este miércoles ambos declararon ante el Juzgado de Instrucción número 37 de Madrid, a cargo de las pesquisas y que ha levantado el secreto de sumario, en una vistilla para ratificar el auto de ingreso en prisión.

Según han señalado a EFE fuentes jurídicas, mientras el presunto autor del crimen -Israel, un hombre español de 31 años- volvió a la cárcel a la espera de juicio, la jueza ha dejado en libertad con medidas cautelares a su colaborador, Fernando, conocido como "el humillo", también de nacionalidad española y de 54 años.

Francisco de Pablo Páez, entonces de 32 años, desapareció el 21 de marzo de 2022 tras salir del piso de alquiler en el que vivía en el distrito madrileño de Hortaleza, donde dos amigos le vieron por última vez.

Sobre las cinco de la tarde dijo que se iba a resolver un asunto y que en media hora volvería al piso, pero su móvil dejó de dar tono esa misma tarde y nadie volvió a saber nada de él.

Los investigadores de la comisaría de Hortaleza-Barajas abrieron una investigación que ha durado más de dos años y que en un principio apuntaba a una desaparición voluntaria.

De hecho, poco después la jueza archivó la causa ante la falta de indicios de delito, pero la asociación SOS Desaparecidos y el letrado de la familia, Juan Manuel Medina, lograron que se reabriese un mes después.

La Policía se centró en el entorno que frecuentaba el desaparecido, que colaboró poco y añadió numerosas dificultades a las pesquisas, pero poco a poco fueron encontrando indicios de que se podía tratar de una desaparición forzosa y violenta.

La investigación culminó el pasado 6 de junio con el hallazgo de sus restos óseos enterrados en una fosa séptica situada bajo el suelo de la cocina de una vivienda de la localidad de Aldea del Fresno, a unos 70 kilómetros al sureste del lugar de su desaparición.

La casa estaba situada en una finca propiedad de la familia del principal acusado, en la que habían realizado reformas para camuflar el lugar en el que se deshicieron del cuerpo de Francisco.

Desde un primer momento los agentes tuvieron claro que se trataba de los restos del desaparecido, extremo que confirmó la autopsia que se le realizó en los días posteriores al hallazgo en el Instituto de Medicina Legal.

Francisco fue asesinado la misma tarde de su desaparición, pero no en la finca de Aldea del Fresno, sino en una parcela rural situada en la localidad de Torrejón de Ardoz, al noroeste de Madrid.

Según las fuentes jurídicas, hasta allí fue la tarde de su desaparición acompañado de Israel, quien le golpeó con una barra de hierro y acabó con su vida, tal y como ha admitido en sede judicial.

De acuerdo con el testimonio de una persona del entorno de los acusados, detrás del crimen estaría la deuda contraída por el asesino con la víctima, quien le había dejado una cantidad de dinero -que no se ha podido determinar- para montar una plantación de marihuana en la parcela de Torrejón.

Fuentes policiales han confirmado a EFE que esa, la de una deuda económica entre la víctima y su asesino, es la principal hipótesis con la que han trabajado los agentes para esclarecer el crimen.

Tras cometer el crimen, Israel avisó a Fernando para que le ayudase a trasladar el cuerpo a la finca de Aldea del Fresno y deshacerse de él. No obstante, el supuesto cómplice ha manifestado ante la jueza que lo hizo bajo amenazas y coacciones, algo que niega el principal acusado.

El pasado 6 de junio los agentes establecieron un dispositivo conjunto para registrar los dos inmuebles. En él participaron perros especialistas en búsqueda de restos humanos, el Grupo de Intervenciones Técnicas, la Unidad de Subsuelo y la Policía Científica.

En la finca familiar localizaron la fosa séptica y los restos humanos, tras lo que detuvieron a los seis sospechosos, que pasaron a disposición judicial como supuestos autores de un delito de homicidio.

A parte del supuesto autor y su cómplice, el resto de arrestados son dos hombres y dos mujeres de entre 74 y 39 años y familiares de los principales sospechosos, quienes quedaron en libertad con medidas cautelares. EFE

llo/aam

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