Los científicos advierten: "La competitividad es a veces la madre de la insostenibilidad"

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Eva Ruiz Verde

Sevilla, 21 jun (EFE).- La competitividad, palabra "sagrada" para las empresas, es también un "arma tremenda de doble filo" y, en ocasiones, "la madre de la insostenibilidad", porque "lo más sostenible es colaborar, coordinarse y planificar juntos", argumenta en conversación con EFE el científico del CSIC Fernando Valladares, que advierte que lo contrario puede llevar a "un mal uso de los recursos y a la duplicidad de medios".

Valladares, experto en cambio climático, divulgador y profesor de Ecología de la Universidad Juan Carlos I, ha coordinado los contenidos de la cuarta edición del Climate Action Sevilla Summit, una cumbre en la que durante dos días responsables de compañías como SEAT, Endesa, Unicaja o Cofides, entre otras, han analizado los retos mediambientales.

Con el lema "La sostenibilidad como eje de la democracia" el encuentro se ha celebrado con el objetivo de sensibilizar a empresas, gobiernos y ciudadanía sobre la necesidad de alcanzar la resiliencia medioambiental e impulsar una nueva economía, además de llegar a "sentirse bien con las opciones sostenibles y que no se pongan en práctica solo por una cuestión ética o una imposición".

La principal conclusión de la cumbre, apunta Valladares, es la convicción de "hacer las cosas bien", tras lo cual apuesta por "poner el foco en el largo plazo y no en el corto, que contraviene casi el espíritu y la naturaleza de la sostenibilidad".

"Tanto la vida política como el rendimiento trimestral de las empresas se juega en el corto plazo y como sociedad nos hemos acostumbrado a esperar resultados de todo ya, y eso nos mata. Eso es insostenible", sentencia.

Para Valladares, España se encuentra ahora en una encrucijada y "a caballo entre dos mundos, dos climas y dos economías", una situación en la que "puede elegir quedarse con lo mejor de ellos" y en la que está "muy bien posicionada" ante lo que ve como una oportunidad "histórica" que puede no volver a darse.

"España tiene muy a mano dar un salto legislativo, político y económico-empresarial hacia una sostenibilidad auténtica y mucho más compatible con mitigar el cambio climático de lo que ha venido siendo hasta ahora", asegura el científico, que encuentra muchas conexiones entre "los valores, los derechos y muchas otras cosas que van implícitas en la democracia pero que se están cuestionando, porque se viven tiempos convulsos para ellas".

A su juicio, "es ahora cuando se necesita la mejor versión de las democracias para hacer frente a esta conexión de crisis, entre las que está la climática pero no viene sola", por lo que los expertos han diseñado en este encuentro cuatro "consejos para el buen legislador: el ritmo legislativo, el nivel de exigencia, los estándares internacionales y la reciprocidad comercial".

Si no se tienen en cuenta estas cosas, las leyes son un fracaso, opina Valladares, que es contundente: "Las leyes no son la solución, pero son parte de la solución. La ciencia no es la solución, pero también es parte de ella. La solución es una combinación de ambas y de más cosas que forman parte, como la democracia, los valores y la transparencia".

El investigador apunta que "aunque se pongan leyes, si cada uno se compra muchas más camisetas y pantalones de los que hacen falta no sirve para nada", por lo que apuesta por "formar parte de un cambio más global que no pase solo por ser sancionados".

"Estamos muy acostumbrados a la sanción y a lo negativo, a la prohibición y la multa", lamenta, para añadir que es mucho mejor "buscar incentivos para que la empresa se vea motivada a hacer un cambio y que a la ciudadanía le apetezca ser parte de ese cambio".

Durante estos días de debates, además de plantear la sostenibilidad como una "geoestrategia" para no depender de terceros países en un mundo en el que las alianzas y las relaciones internacionales están "muy volátiles", han surgido conceptos como el "negavatio", el vatio negativo, que pasa por entender que "la energía más limpia es la que no se consume".

"Está muy bien electrificar los coches, pero a lo mejor habría que producir menos coches, porque el 90 por ciento de ellos se utilizan diez minutos al día", explica Valladares, quien propone un ejercicio a realizar antes de consumir: "Pensar en todas las cosas que no hace falta ni producir ni consumir como una alternativa". EFE

erv/fs/pss

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