Investigan el uso del secretoma de células madre para regenerar lesiones nerviosas graves

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Burgos, 20 jun (EFE).- El Hospital Universitario de Burgos (HUBU) lidera un innovador estudio para evaluar la capacidad regenerativa del secretoma de células madre, el líquido en el que crecen, en lesiones de nervios periféricos como pueden ser las derivadas de accidentes o cortes, cuando se produce una sección completa del nervio.

La investigación, que está dirigida por María Rodríguez Díaz, veterinaria y responsable del área de Medicina y Cirugía Experimental de la Unidad de Investigación del HUBU en colaboración con el Instituto de Biomedicina de la Universidad de León, abre una línea “muy prometedora y potente”.

Así lo ha indicado Jorge Labrador, director de la Unidad de Investigación, durante la presentación del proyecto 'Evaluación de la capacidad regenerativa del secretoma de células troncales mesenquimales en un modelo de neuromnesis en rata”, que cuenta con una beca de la Gerencia Regional de Salud para este 2024.

Rodríguez Díaz ha explicado que el objetivo es evaluar la capacidad de regeneración que tienen las células madre -nombre común para hablar de las células troncales mesenquimales- pero utilizando un enfoque más novedoso, pues se parte del entorno en el que crecen este tipo de células.

Es una terapia libre de células, lo que permite no solo evitar conflictos éticos en cuanto a la utilización de células de origen humano sino también los efectos secundarios, como puede ser la generación de tumores o rechazos, pero aprovechando todos los beneficios de las células madre.

En el secretoma se aglutinan todos los factores beneficiosos que participan en la regeneración del tejido, ha insistido la investigadora, secretados por las propias células, pues está compuesto por factores de crecimiento, neurotrófico o proteínas antiinflamatorias.

Se obtiene de células madre extraídas no de la médula ósea sino de la grasa, pues tienen los mismos beneficios y son más fáciles de obtener, y manejar; además, en cuanto al propio líquido, como no tiene células, se congela a menos 80 grados, dura largos periodos de tiempo y se puede manipular fácilmente, sin efectos secundarios.

Este enfoque ya se ha utilizado en otros proyectos de investigación y ahora se aborda para mejorar la regeneración de los nervios lesionados, para que vuelvan a ser funcionales en el menor tiempo posible, en los casos más graves, los que tienen que ver con la sección completa.

María Rodríguez Díaz ha indicado que en esta investigación, un estudio preclínico en animales, está dando los primeros resultados positivos pues las ratas a las que se ha aplicado esta terapia mejoran más rápido que aquellas que solo han visto reconstruido su nervio seccionado mediante intervención de cirugía plástica.

Es una opción terapéutica complementaria a la cirugía que ayudaría ante casos en los que, una vez reconstruido el nervio, se ve una mejoría pero muy lenta, ya que en las ratas en las que se ha utilizado el secretoma la recuperación de la funcionalidad del nervio -ciático, en este caso- ha sido mayor.

El proyecto cuenta con neurofisiólogo para evaluar esa recuperación funcional de las lesiones nerviosas, y una vez completado se tratará de probar en humanos, para lo que dependen de las correspondientes autorizaciones de la Agencia Española del Medicamento.

Labrador ha recordado que son ellos los que tienen que pasar de un modelo experimental animal a un ensayo clínico, aunque es una opción que la Agencia Española ya está valorando, y que se concretará a medio plazo ante los buenos resultados que está teniendo esta investigación.

El Hospital Universitario de Burgos sería una buena opción para desarrollar ese ensayo clínico, no solo por la capacidad de su Unidad de Investigación, sino porque cuenta con el centro de referencia en reconstrucción de mano catastrófica y con especialistas de referencia nacional que se dedican a la reconstrucción quirúrgica en la que se puede aplicar esta terapia.

La Unidad de Investigación del HUBU inicia al año 200 nuevos estudios en las áreas de salud de Burgos y Soria, de los cuales, más del 75 por ciento tienen como investigador principal a un profesional del centro hospitalario burgalés, ha apuntado Labrador.

Además, se generan alrededor de 250 publicaciones científicas en revistas de impacto y, en los últimos diez años, los diez años en los que ha estado en marcha el nuevo hospital universitario, el factor de impacto se ha multiplicado por siete, evidencia de la calidad de los proyectos.EFE

pcr/grg/cc

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