Guardia Real: "Junto al Rey, los mejores"

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Teresa Díaz

Madrid, 19 jun (EFE).- "Junto al Rey deben estar los mejores". Así reza en el ideario de la Guardia Real, una unidad con más de 500 años de historia formada por 1.500 hombres y mujeres al servicio directo de la Corona. Para sus miembros, pertenecer a ella supone un privilegio y el máximo orgullo al que puede aspirar un militar.

Su misión principal es proporcionar seguridad y protección a familia real en el Palacio de la Zarzuela o en aquellos lugares en los que se les requiera.

A pie, a caballo o en moto y normalmente ataviados con trajes de época, rinden también honores y dan escolta solemne al rey, a los mandatarios extranjeros de visita oficial en España y a los embajadores que presentan cartas credenciales.

Presentes cada año en los actos del 12 de octubre, del Día de las Fuerzas Armadas o la Pascua Militar, este miércoles se les puede ver en la conmemoración del décimo aniversario de la proclamación de Felipe VI.

Al mando del coronel Pablo Mateo y Álvarez de Toledo, es la única unidad militar que depende de la Casa Real y no del Ministerio de Defensa. Su acceso es de libre designación y la demanda es muy alta.

Procedentes de los ejércitos de Tierra y del Aire y del Espacio, así como de la Armada y de los cuerpos comunes, sus miembros se ubican en tres acuartelamientos, el de El Rey, La Reina y la Princesa de Asturias, contiguos al Palacio del Pardo y a escasos kilómetros del de la Zarzuela.

Una treintena de militares constituyen la Compañía de Alabarderos, la élite de la Guardia Real, que forma parte del grupo de escoltas. Actualmente todos ellos son hombres, aunque ha habido alguna mujer, "tres que yo haya conocido", asegura a EFE el cabo mayor David García Leo, que lleva ocho años al servicio del rey.

Aunque no hay una estatura mínima, la media supera los 185 centímetros y no hay tantas mujeres que lleguen a esa marca. De hecho, la última que optó no fue seleccionada por ese motivo.

Heredera de la escolta personal del rey Fernando el Católico y de los Reales Guardias Alabarderos de Felipe V, es la guardia más cercana al rey y a la familia real.

Muchos optan, pero solo unos pocos son los elegidos. Para ser alabardero antes hay que haber pasado unos años en la Guardia Real en otros cometidos, además de cumplir unos "exigentes" requisitos en cuanto a forma física y conocimientos de defensa personal y tiro.

Dentro del mismo grupo se encuadra también el Escuadrón de Escolta Real, que proporciona las escoltas solemnes a caballo y participa en la protección de las instalaciones del Palacio de la Zarzuela.

Montan caballos de pura raza española, todos machos y "enteros", que llegan desde la unidad de cría caballar con dos o tres años sin haber sido montados antes.

Más de un centenar de efectivos y el mismo número de caballos forman el escuadrón, explica a EFE el teniente Martín de la sección de coraceros, muy orgulloso de tener una relación muy cercana con su corcel, de nombre Mendel, al que dedica el 80 por ciento de su tiempo en el cuartel.

En un acto solemne, los primeros que desfilan son los batidores, a continuación la banda de clarines y timbales, de las pocas del mundo que van tocando y trotando al mismo tiempo; le siguen los coraceros, que supone "la cápsula" más cercana al rey, y cierran el desfile los lanceros.

Del cuidado de los caballos y de los perros de la unidad canina se encarga el servicio veterinario, que dispone de un quirófano para realizar cirugías. Las instalaciones cuentan también con su propia herrería en la que se forjan las herraduras y se colocan a los équidos.

Dentro del grupo de escoltas se encuadra también la batería real, que consta de una sección hipomóvil con cañones Schneider de 1906, que son los que disparan las salvas y que van tirados por caballos hispano-bretones, los "gorditos" como se les conoce cariñosamente.

La jefa de la sección es la teniente Laura González Escobar, que explica a EFE que la batería real es la única unidad de artillería montada de España. "El artillero que quiere estar con caballos tiene que venirse a la Guardia Real", asegura.

Los cabos primero Javier Otero Paños y Alejandro García León forman parte de la sección de motos, a la que han llegado después de pasar un curso muy exigente.

No solo conducen las míticas Harley Davidson sino que se encargan también de su mantenimiento. Además de dar escolta solemne, sirven de enlace entre el Palacio de la Zarzuela y los diversos organismos oficiales para trasladar cualquier tipo de documentación.

De la puesta a punto de coches como los Rolls Royce o los Cadillac que se usan para trasladar a la familia real y a los jefes de Estado extranjeros, algunos de ellos testigos de la historia de España, se encarga la sección de mantenimiento.

El último que ha pasado por sus talleres es el Rolls descapotable que utilizó la princesa de Asturias en la jura de la Constitución, al que se le colocó una capota para ese acto.

Otro de los grupos en los que está dividida la guardia real es el de honores, al que pertenecen las compañías Monteros de Espinosa, del Ejército de Tierra; Mar Océano, de Infantería de Marina, y la escuadrilla Plus Ultra, del Ejército del Aire y del Espacio.

Cuenta también con un equipo de tiradores, una grupo de montaña y una unidad de buceo, que es responsable de la seguridad subacuática y de superficie durante las vacaciones de los reyes en Palma de Mallorca. Unos 210 efectivos en total.

Hace unos años se creó dentro del grupo la sección de movimientos floreados, cuyos miembros se encargan de realizar exhibiciones acrobáticas con fusil en determinados eventos, siempre acompañados por la unidad de música. Muestran la "excelencia" de la guardia real y su alto nivel de preparación.

No hay acto solemne ni desfile que no vaya acompañado de los acordes que proporciona la unidad de música. Compuesta por un centenar de profesionales sumamente cualificados es un referente dentro de las Fuerzas Armadas.

Físicamente se ubican en el antiguo museo de carruajes del Palacio Real, donde disponen de un aula para sus ensayos diarios.

"Lo que se ve en la tele es la parte bonita pero detrás hay mucho, mucho trabajo", asegura a EFE el capitán Francisco Juan, segundo jefe de la unidad, compuesta por una banda sinfónica, banda de guerra (tambores y cornetas) y sección de pífanos y gaitas.

Participan en los honores de los actos que corresponda y dan conciertos, además de amenizar los almuerzos y cenas de gala en el Palacio Real durante las visitas de Estado desde una sala anexa al comedor con un repertorio que se elige en función del país del mandatario en cuestión. EFE

td/jls

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