Cátedra del Tajo explica espumas en el río por una mayor contaminación y vertidos urbanos

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Toledo, 18 jun (EFE).- Dos años y medio de estudio, el análisis de más de 2.300.000 datos y la consulta a expertos ha llevado a la Cátedra del Tajo de la Universidad de Castilla-La Mancha y la Fundación Soliss a concluir que las espumas en el río se producen por una mayor contaminación y vertidos de origen urbano.

La directora de la Cátedra del Tajo, Beatriz Larraz, y el investigador Raúl Urquiaga han presentado este martes en rueda de prensa el estudio sobre la contaminación del río Tajo a su paso por Toledo y posibles causas de la generación de espumas.

En concreto, Larraz ha precisado que han localizado 34 episodios de espumas producidos entre los años 2016 y 2021, de los cuales solo hay 20 con información disponible de contaminación, y que por término medio y mediano las concentraciones de amonio y fosfatos en el Tajo en Toledo esos días son significativamente mayores, lo que indica que hay un origen claro de una mayor contaminación.

De igual forma, hay un problema de oxígeno esos días por la contaminación y la conductividad también es menor, pero atribuible a causas naturales, si bien Larraz ha subrayado que el contraste de medias de temperatura no es distinto y, por tanto, han descartado que las espumas se deban a días con temperaturas más bajas.

Ha afirmado que al ser más altas las concentraciones de amonio y fosfatos, se achaca a un origen urbano, entendiendo por vertidos urbanos también los industriales, que contienen los tensoactivos que están presentes en geles, detergentes y tratamientos industriales y que son los que realmente generan espumas.

Ha añadido que el caudal no es determinante en las espumas sino la contaminación, ya que el 83,3 % de los días con espumas o el amonio o el fosfato estaba muy alto y el 96 % de los días superaban el límite permitido, y cualquier vertido de tensoactivos, por muy pequeño que sea, puede ser causa de las espumas.

Por su parte, Urquiaga ha señalado que se han centrado en los vertidos autorizados con carga orgánica considerable y han detectado que el 92 por ciento de todos los vertidos que pasan por el Tajo provienen del río Jarama y el 87 % de ellos de depuradoras, de las que el 83 % son de la Comunidad de Madrid.

Asimismo, la Cátedra del Tajo ha analizado cada una de las estaciones de la red de control de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) entre Aranjuez y Toledo y los incumplimientos en cuanto a nitratos, fosfatos y amonio.

El estudio ha arrojado datos como que de las aguas que llegan limpias de la cabecera solo el 4 % son vertidos en el Tajo, pero en lo que discurre en el Jarama el 64 % del agua serían vertidos  y en Toledo el 65 % son vertidos.

Además, entre Aranjuez y Toledo el río no recibe aportaciones de aguas limpias de los arroyos adyacentes y la concentración de nitratos aumenta y, por tanto, hay fuentes intermedias de contaminación que no son el Jarama.

Preguntados por cuáles son las soluciones que propone la Cátedra del Tajo a esta situación, Larraz ha incidido en la importancia de "cortar la fuente de contaminación" e identificar responsables, lo que ha supuesto hasta ahora mayores restricciones a las depuradoras de Madrid que tienen que pagar un canon más alto y multas por incumplimiento, si bien "eso no soluciona el problema", ha reconocido.

Por ello, ha abogado por una comisión de seguimiento mixta sobre la ejecución de los 1.000 millones del plan hidrológico del Tajo y de las inversiones previstas.

Con todo, ha resaltado que "las espumas son la punta del iceberg del nivel altísimo de contaminación que tiene el Tajo" y que podrían quitarse al eliminarse los azudes como fuentes de turbulencias, pero "el problema sigue estando ahí", ha concluido. EFE

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sbf/cst/cc

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