Cataluña suaviza restricciones en el sistema Ter Llobregat, que regresa a fase de alerta

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(Actualiza con más información la EX2171)

Barcelona, 18 jun (EFE).- La Generalitat de Cataluña ha acordado suavizar las restricciones al agua en el sistema Ter Llobregat, que abastece a seis millones de habitantes de 202 municipios de Barcelona y Girona, y retrocede un estadio más en las fases de la sequía para pasar a la de alerta.

"Dejamos atrás la fase de excepcionalidad y pasamos a la de alerta", ha anunciado este martes el conseller de Acción Climática en funciones de la Generalitat, David Mascort, junto con la portavoz del Govern en funciones, Patrícia Plaja, tras la reunión de la Comisión Interdepartamental de Sequía, que evalúa el estado de las unidades hídricas y las restricciones.

Esta comisión también ha acordado que el embalse de Darnius Boadella, que abastece 12 municipios del Alt Empordà (Girona) y que presenta una recuperación más lenta que el Ter Llobregat, cambie también de estadio pero sin salir de emergencia: pasa de fase II a fase I de emergencia.

Desde principios de marzo, cuando las cuencas internas de Cataluña tocaron fondo y estaban al 14,3 % de su capacidad, los embalses han doblado holgadamente las reservas: el sistema Ter Llobregat ya alcanza el 38,5 % -en el pantano de Sau el agua ya llega a la iglesia-, mientras que Darnius Boadella ha pasado del 11 % al 23 %.

Los cambios acordados este martes por la Comisión Interdepartamental de Sequía se harán efectivos la próxima semana, cuando se publiquen en el Boletín Oficial de la Generalitat de Cataluña (BOGC).

La fase de alerta es la tercera en el grado de gravedad de sequía, después de la emergencia y la excepcionalidad, y entre otras medidas establece un límite de consumo de 250 litros por habitante y día (incluyendo actividades económicas y comerciales), un margen más amplio que los 230 litros de la fase previa de excepcionalidad.

En alerta la reducción de agua respecto al consumo normal es del  25 % en riego agrícola, 10 % para ganadería, 5 % en usos industriales, 30 % en usos recreativos que impliquen riego y 5 % en otros usos recreativos, al tiempo que se mantienen limitaciones en el riego de jardines y zonas verdes.

Las restricciones se suavizan al principio del verano, época del año con menos lluvia y más consumo de agua, pero Mascort ha asegurado que las reservas dan margen para la "tranquilidad" en los próximos meses.

"El año pasado, con menos reservas y sin llover en otoño, no llegó la emergencia -en el Ter Lloregat- hasta febrero; ahora tenemos más agua -que el verano pasado-, consumimos menos -por el ahorro logrado- y todo hace pensar que no tendremos el tercer otoño sin lluvia pero, si ocurriera, tendríamos aún meses por delante de tranquilidad antes de llegar a la emergencia", ha afirmado.

Además, Mascort ha hecho hincapié en que continúan avanzando las actuaciones planificadas para incrementar la desalinización y la regeneración de agua.

 Sin embargo, ha expresado su "preocupación por la no licitación" de la segunda desalinizadora de la Tordera en Blanes (Girona), que el Gobierno central la declaró como actuación prioritaria y que es, junto con otra planta prevista en el río Foix, una de las infraestructuras claves en el largo plazo, para el final de esta década.

"En septiembre ya tenían -en el Ministerio de Transición Ecológica- el proyecto básico hecho; estamos en junio de 2024 y siguen con papeles y convenios, sin licitar la obra", se ha quejado el conseller.

Mascort ha pedido a la ciudadanía mantener el ahorro porque "la sequía no ha terminado" y ha recordado que, pese a la mejora del Ter Llobregat, sigue en emergencia Darnius Boadella y también el embalse de Ruidecanyes, situado en una zona del interior de la provincia de Tarragona en la que "prácticamente no ha llovido nada" y las reservas están al 2 %. EFE

jfc/pll/cc

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