Madrid, 17 jun (EFE).- El Ministerio de Sanidad ha hecho un llamamiento este lunes a la población para que se autoproteja frente a las altas temperaturas, sobre todo en zonas que tradicionalmente no eran calurosas pero que ahora, con el cambio climático y a las puertas de otro verano que se espera récord, "sí lo van a ser".
"En España, el calor es el principal problema de salud asociado al cambio climático, y en los próximos años se prevé un aumento de las temperaturas extremas debido al calentamiento global", ha advertido la ministra de Sanidad, Mónica García, en la presentación de la campaña "Un verano de cuidado".
Una campaña que pone en marcha para incidir en la importancia de la autoprotección individual y comunitaria. "Cada uno de nosotros tiene que tomar medidas para protegerse del calor" y ayudar a aquellos que lo tienen más difícil a hacerlo", ha pedido.
Hidratarse adecuadamente, beber incluso cuando no tiene sed, evitar la exposición al sol durante las horas más intensas, usar ropa adecuada y buscar refugio en lugares frescos "son medidas muy básicas" y "de sentido común" que acaban resultando vitales para evitar los estragos del calor.
Según las estimaciones del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), en 2023 se produjeron 3.000 muertes atribuibles al calor, aunque el pico histórico se produjo el verano anterior, cuando rozaron las 5.000, sobre todo en mayores de 74 años.
Y este tiene "una alta probabilidad", superior al 70 %, de que sea más cálido de lo normal, según el sistema europeo de satélites Copernicus. "Hay que ser claros y contundentes: el negacionismo climático es perjudicial para la salud, pero también las posiciones políticas que lo blanquean", ha remarcado García.
"El cambio climático es un fenómeno que ya no podemos ignorar, no solo es una crisis ambiental, sino de salud pública", ha proseguido.
Por eso, ha ahondado en la necesidad de "crear una cultura de calor", que ya han asumido las zonas más habituadas, pero que ahora hay que "trasladar a aquellas que tradicionalmente no eran tan calurosas en verano y que ahora, con el cambio climático, sí lo van a ser".
En ello ha profundizado el responsable de Salud y Cambio Climático del Ministerio de Sanidad, Héctor Tejero: "La cultura de calor es algo que en ciertas partes de España ya existe, pero que en otras, no, y es lo que explica que en algunas zonas de España con más calor haya menor impacto en la salud".
Advertir tanto de su impacto como los consejos para evitarlo debe ser "un esfuerzo continuado" este verano y los sucesivos, aunque hay que trasladarlos con mensajes sencillos alejados de tonos "catastrofistas", mucho menos efectivos.
"Protégete, hidrátate, refréscate y recuérdales", ha resumido el experto, que ha hecho hincapié en que "todos tenemos una responsabilidad no solo de protegernos individualmente, sino de colaborar en la creación de esa cultura de calor", especialmente en los más vulnerables.
El pasado 16 de mayo, Sanidad activó el Plan Nacional de actuaciones preventivas por altas temperaturas, que define cuándo, dónde y a qué nivel se dan los avisos para esquivar el impacto del calor.
Como novedad, el de este año incluye un mapa del calor más preciso, dividido ahora en más de 180 zonas geográficas, cada una de las cuales lleva asociado un umbral de temperatura máximo a partir del cual se dispara la mortalidad y una serie de medidas para evitarlo.
El mapa mantiene las 52 unidades de referencia provinciales que tenían los anteriores, uno por cada capital de provincia más las ciudades autónomas, pero desde hoy se han incorporado 30 de meteosalud, áreas de territorio que mantienen un comportamiento de temperatura homogéneo y de las que puede haber varias en una sola provincia.
Las áreas estudiadas se elevan así de 52 a 182; para cada una de estas áreas, y con la información que proporciona diariamente la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el plan asigna un umbral máximo de temperatura a partir del cual se disparan los efectos nocivos del calor.
Dada la enorme variabilidad geográfica de España, no son los mismos en todas partes, y van del máximo de 41, 4 en Córdoba a los 26,4 de Asturias.
Por cada grado que la temperatura ambiente supera esos umbrales, el riesgo de mortalidad atribuible a las altas temperaturas crece entre un 9,1 % y un 10,7 %, es decir, por cada día que hay un episodio de calor extremo, la mortalidad se incrementa, de media, en 3 defunciones al día, ha recordado Antonio Cabrera, encargado de salud planetaria e inequidades en salud, de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).
Además de golpes de calor, las altas temperaturas agravan patologías previas como las cardiovasculares, pulmonares, renales, y psiquiátricas, además de favorecer accidentes cerebrovasculares o el aumento de partos prematuros.
Mayores de 65 años y menores de 4, además de embarazadas, son los grandes grupos de riesgo al calor, aunque también los trabajadores al aire libre y las personas sometidas a ciertos tratamientos farmacológicos. "Hay que estar muy pendientes de ellos", ha concluido. EFE
ada/bal
(Texto) (Recursos de archivo en www.lafototeca.com cód 22076482, 22078667 y otros) (Vídeo)