La agenda exterior del rey en diez años, condicionada por la inestabilidad y la pandemia

Madrid, 17 jun (EFE).- Felipe VI ha protagonizado durante sus diez años de reinado 123 viajes al extranjero, de los que 16 han sido de máximo nivel, si bien la agenda exterior del considerado primer embajador de España ha estado condicionada por la inestabilidad, tanto nacional como internacional, así como por la pandemia.

El monarca ha visitado 54 países, de los que 19 han sido de América Latina y otros tantos de Europa, y en menor medida, de Asia (12) y África (4), sin haber tenido ningún desplazamiento a Oceanía.

El Vaticano, Lisboa, Rabat y París fueron los primeros desplazamientos tras la proclamación y el primero con carácter de Estado fue a Francia, seguido de México, ambos en 2015.

Entre los viajes con más calado, el de Cuba en noviembre de 2019 fue especialmente simbólico al ser la primera vez en 500 años que un rey de España pisaba la isla en el marco de una visita bilateral, si bien Juan Carlos I estuvo en La Habana en la cumbre iberoamericana celebrada veinte años antes, y ser la única nación iberoamericana que don Felipe no conocía.

También tuvo peso el de Marruecos en febrero de 2019, después de varios aplazamientos, y que se ciñó a escasas 24 horas, con el recibimiento de Mohamed VI, a quien Felipe VI denomina “querido hermano”.

El bloqueo político de 2016 obligó a postergar el viaje de alto nivel a Reino Unido invitados por Isabel II, que se consumó al año siguiente después de más de 30 años desde la anterior.

Regresarían a Londres por el fallecimiento de “la tía Lilibeth” en septiembre de 2022 y la coronación de Carlos III en mayo del año siguiente.

Francia ha sido el país en el que más veces ha estado Felipe VI, con quince, seguido de Reino Unido y Portugal, con nueve, y Estados Unidos, con ocho.

El año más viajero de Felipe VI fue 2022, con 18 viajes, y el que menos, el de 2020, el del estallido de la pandemia, cuando solo hizo siete -en el presente año lleva cinco-.

El director del Real Instituto Elcano, Charles Powell, explica a EFE que “la inestabilidad sin precedentes” que ha habido en España “ha limitado la capacidad exterior” del rey al depender en gran medida de la continuidad de los gobiernos.

Powell cree que tampoco ha ayudado el convulso tablero internacional: “Estamos en un mundo más polarizado y multipolar y eso dificulta las relaciones internacionales para una potencia media como España”.

No obstante, opina que Felipe VI no tiene por qué replicar la intensa agenda exterior que tuvo Juan Carlos I -136 viajes de Estado y 102 países visitados- por la necesidad de apertura de España tras la dictadura, ya que en la actualidad, España es un actor internacional reconocido y con su democracia asentada.

A juicio del historiador, si se lograse una estabilidad política, lo deseable sería que el monarca prestara más atención a regiones como el África Subsahariana -solo ha estado en Angola- y la de Asia Pacífico, aún inexplorada como rey, al ser zonas donde España aspira a estar más presente.

Para el presidente de la Fundación Euroamérica, Ramón Jáuregui, en el actual escenario mundial “es más difícil el papel de la diplomacia blanda” que representa España, pero destaca la capacidad de representación del rey para “suavizar conflictos” bilaterales que pueda haber.

En el caso de América Latina, la mayoría de visitas han sido a tomas de posesión de presidentes y cumbres iberoamericanas, y los países que más ha pisado han sido México y Colombia, con tres cada uno.

Jáuregui apuesta por potenciar el papel del rey en esta región por su “gran aceptación institucional e, incluso, afecto ciudadano”. “Cuanto más le utilicemos en esta región, mejor”, recomienda.

El exministro discrepa de quienes piensan que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha opacado al rey en su proyección exterior: “No ha habido ninguna intención de oscurecer al rey, porque todo el mundo es consciente de que su papel es insustituible y aporta un plus. Puede representar a un país por encima de las ideologías”.

Felipe VI se ha encontrado con algunos escollos, como el distanciamiento de México por la exigencia de su presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, de que pidiera disculpas por la etapa colonial española, lo que no ha encontrado respuesta en el monarca. EFE

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