Barcelona, 16 jun (EFE).- El acusado de la brutal violación de una joven de 16 años la madrugada del 1 de noviembre de 2021, cuando salía de una discoteca en Igualada (Barcelona), se sienta este lunes en el banquillo, en un juicio en el que se enfrenta a 45 años de prisión y en el que se ha eximido a la víctima de declarar.
En la sección 10 de la Audiencia de Barcelona arranca el juicio contra este hombre, que se prolongará hasta el próximo viernes, día 21, en el que el ministerio fiscal pide una pena de 45 años de cárcel por los delitos de agresión sexual y asesinato en grado de tentativa, indemnizaciones para la víctima de 260.000 euros y 10 años de libertad vigilada cuando salga de prisión.
La víctima no tendrá que declarar durante la vista oral ya que el tribunal ha aceptado la prueba preconstituida, es decir, la declaración grabada de la joven durante la fase de instrucción del caso, que se reproducirá a puerta cerrada.
Así lo acordó el tribunal el pasado jueves en una resolución en la que valoró "conveniencia de evitar un mayor perjuicio" a la joven por la "agravación de su afectación psicológica que pueda comportar acudir presencialmente al plenario, aun con las medidas de protección acordadas para evitar el contacto visual con el encausado".
La brutal violación ocurrió la noche de Halloween de 2021, cuando la menor, que ingresó en la UCI en estado crítico a raíz de la agresión, se dirigía sola y a pie hacia la estación de tren para ir a su casa, en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), tras estar de fiesta con unas amigas en la discoteca Epic de Igualada.
Según sostiene la Fiscalía en su escrito de acusación, el procesado, en prisión provisional desde su detención en abril de 2022, siguió a la joven por las calles de Igualada y la atacó "de forma sorpresiva", tras lo que se la llevó a una zona "solitaria y huérfana de testigos, poco iluminada y sin cámaras", para agredirla sexualmente.
A lo largo de 20 minutos, añade el Ministerio Público, el procesado golpeó a la chica en varias partes del cuerpo, mientras la sujetaba con fuerza, y la penetró "de manera brutal", incluso con objetos, demostrando así su "absoluto desprecio a su condición de mujer".
Tras la violación, el procesado propinó a la víctima un "fuerte golpe en la cabeza con un objeto contundente", la dejó abandonada en el suelo y huyó del lugar, donde la encontró un camionero.
A consecuencia de la agresión, la menor sufrió un traumatismo craneoencefálico y una ruptura craneal, además de otras lesiones por todo el cuerpo, por lo que tuvo que estar ingresada durante tres días en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y casi un año hospitalizada.
Según el ministerio público, la joven arrastra como secuelas un "estrés postraumático grave y desestabilización personal" puesto que las lesiones causadas, en la mayoría de casos "mortales de necesidad", pusieron su vida en peligro.
Los informes sobre el perfil criminal y psicológico elaborado por los Mossos d'Esquadra durante la fase de instrucción de la causa, y que figuran en el sumario, definen al acusado como una persona con comportamientos "vejatorios y humillantes" con las mujeres para "dañarlas" física y moralmente y que no tiene, además, "remordimiento" tras cometer sus "acciones agresivas".
A nivel psicológico, los informes describen al violador de Igualada como una persona "impulsiva, incapaz de gestionar escenarios de frustración delante de escenarios de enfrentamiento, conflicto o rechazo, con la capacidad de ser violento si la situación lo requiere, con una sexualidad no normalizada....".
El procesado ya contaba con una condena de cuando tenía 15 años (en 2016) por intentar violar a su hermanastra pequeña, de apenas 7 años, mientras estaba alojado con la familia en un 'camping', unos hechos que denunció su propia madre.
El Juzgado de Menores de Girona le condenó en su día a un año de internamiento. Sin embargo, la pena fue suspendida bajo la condición de que cumpliera con la libertad vigilada, siguiera un tratamiento psiquiátrico y acudiera a desintoxicación.
El juicio comienza este lunes en la Audiencia de Barcelona con la declaración del acusado, aunque esta podría producirse al final de la vista oral si así lo pide su defensa y lo acuerda el tribunal; después testificarán agentes de los Mossos d'Esquadra y, a continuación, se practicará la prueba pericial y los informes de las partes antes de que el caso quede visto para sentencia. EFE
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