Marina Carmona, el orgullo de llevar un apellido y la búsqueda de su propia identidad

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Fermín Cabanillas

Sevilla, 5 jun (EFE).- A sus 31 años, la cantante Marina Carmona asegura que lleva “con orgullo” ser la hija de Antonio Carmona, el histórico líder del grupo Ketama, y Mariola Orellana, pero, por encima de eso, debuta con su primer álbum buscando su propia identidad y haciéndose su “propio hueco en el mundo de la música”.

Y se llama precisamente ‘Mi identidad’ el disco que acaba de sacar al mercado, buscando su propio estilo, muy alejado del de su padre, con diez canciones en los que se encuentran “tópicos como el perdón” y una serie de mensajes directos al corazón de sus seguidores.

Lo explica en una entrevista con EFE, en la que reflexiona sobre cómo para algunos artistas ha sido un lastre llevar un apellido famoso, aunque en su caso, “depende del día, ya que en ocasiones siento una sensación u otra”, pero, por lo general, “sobre todo siento mucho orgullo de poder pertenecer también a un legado familiar musical que ha dejado tanta buena música”.

“Lo único que he hecho ya con mi apellido es crear mi identidad y seguir con mi familia”, dice durante una pausa de una intensa jornada de promoción en Sevilla, añade que en su disco ha intentado incluir todo lo que alguien puede buscar, y bromea diciendo que “hay temas que te pueden ayudar, y casi me estoy dando cuenta de que parece un libro de autoayuda”.

En sus diez canciones, con un tono suave pero directo, Marina Carmona repasa temas directos, como “la paciencia”, del que dice que hay veces que “hay que contar hasta diez”, o de esos momentos en que “necesitas buscar el aire lejos de algún sitio que te está haciendo daño”, de modo que sus producciones son “universales, e intentan llegar a cualquier persona que tenga necesidad de refugiarse en la música en un momento dado.

En este punto, señala que cualquiera de sus canciones la puede entender igual alguien de Sevilla, Ceuta, Santo Domingo o Bogotá y destaca la colaboración con la que cuenta en el disco con la colombiana Alemor, “que también le ha dado como ese toque para recordarnos un poco a la música de Brasil”, y está feliz de ofrecer su música, que es bastante universal.

Lo que sí subyace en toda su historia, es que Marina Carmona parecía destinada a que la música fuese parte de su vida, porque crece bajo la tradición artística de una dinastía de grandes músicos, guitarristas, bailaores y cantaores, como su abuelo, Juan Habichuela.

Además de la formación musical de herencia familiar que ha adquirido desde la cuna, ha estudiado Educación Musical en Miami Dade y ha trabajado con grandes artistas latinos como Fernando Osorio o Javier García, y se formó en el Liceo Francés de Madrid y en Estados Unidos.

Al terminar la carrera conoció a Damian Draghici, artista romaní con el que colaboró en el disco ‘The Gypsy Cuban Project’, y trabajó con su tío Juan Carmona, componiendo versiones en francés y adaptándolas y fusionándolas con el flamenco.

Ha producido sus temas propios bajo la dirección artística de productores como Fernando Illán, Rayito o Rafa Vergara, compositor y productor de Miami con el que ha empezado fusionar sonidos flamencos con música electrónica, para llegar a 2018, cuando compuso su primer tema, ‘Telarañas’, junto a Soleá Morente, canción que se utilizó para una campaña llamada ‘Gitanas en Estéreo’ para apoyar la diversidad de la mujer gitana, promovida y apoyada por el Secretariado Gitano.

Antes de despedirse, la joven cantante se muestra feliz de ofrecer a su público “ese sonido que tanto anhelaba”, y recuerda que “cuando lo vas buscando, al final necesitas un poco envolverlo todo en un disco por ser como una carta de presentación”.

Y concluye subrayando que es importante “que la gente vea que, aunque yo puedo llevar un apellido, tengo mi propia identidad y mi propio sonido. Es lo que he hecho y por eso tenía la necesidad de plasmarlo en un disco”. EFE

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(foto) (vídeo)

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