El fuego, hilo conductor para recomponer 200 años de actividad humana en el Paleolítico

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 Madrid, 5 jun (EFE).- Un equipo multidisciplinar de investigadores de cinco universidades españolas ha logrado un avance sin precedentes en la arqueología prehistórica: determinar con precisión en qué escala temporal se produjo una actividad humana, en este caso fuego, durante el Paleolítico, hace 52.000 años.

El descubrimiento, recogido este miércoles en la revista Nature, es fruto de una década de investigación a partir de los restos de fuegos hallados en seis hogares prehistóricos del yacimiento de El Salt, en Alcoy, Alicante.

Los científicos han determinado con una resolución única en arqueología paleolítica (con una probabilidad del 99 %) que desde que se encendió hasta que se apagó el último fuego de esos seis hogares transcurrieron entre 200 y 240 años, con al menos dos o tres décadas de diferencia entre un fuego y otro.

Recomponer estos doscientos años de una actividad humana del Paleolítico ha sido posible "gracias al trabajo de muchos investigadores que teníamos distintas piezas que a nivel individual podían no decir tanto pero en conjunto forman un puzle con todo el sentido", explica en una entrevista con EFE una de las autoras, Angela Herrejón, investigadora de la Universidad de Burgos.

Herrejón comenzó a estudiar los materiales de los fuegos del yacimiento alicantino en 2014: "Como primer paso evaluamos los cambios de sedimento y la posición de los materiales para determinar qué fuego iba antes y cual después".

Tras un fuego, detalla la investigadora, "quedan diferentes tipos de restos: ceniza por encima, restos de madera y combustible quemado, y hasta el propio suelo cambia de color a negro o rojizo en función de cuanta materia orgánica se haya quemado".

La investigadora y sus colegas, de las universidades de Burgos, La Laguna, Valencia, Alicante, y Complutense de Madrid, llevaron a cabo un minucioso proceso de excavación, registro y análisis del material arqueológico de cada fuego y categorizaron y digitalizaron al detalle cada segmento sedimentario.

Pero el reto aquí no era datar cualquier fuego, sino llamas que prendieron hace la friolera de 52.000 años.

Para datarlas ha sido clave el arqueomagnetismo, una disciplina geofísica que estudia la dirección e intensidad del campo magnético terrestre en materiales arqueológicos quemados.

"Al calentarse el suelo donde se hace el fuego, el material se magnetiza, y una vez enfriada la superficie el registro de la dirección del campo magnético se mantiene durante miles de años", apunta Herrejón.

Para que el registro de la dirección sea fiable, el material debe estar bien quemado y preservar su posición original, como ocurre en el yacimiento de El Salt, ya que no todos los materiales quemados funcionan bien para el arqueomagnetismo y especialmente en fuegos tan antiguos como estos.

De ahí que el trabajo llevado por los investigadores españoles haya implicado el análisis de cientos de muestras y la recreación experimental de hogares en el entorno del yacimiento que simularan las condiciones de los fuegos paleolíticos.

Se trata de la primera vez que el arqueomagnetismo se usa para dataciones que van más allá de 4.000 años.

La secuencia temporal hallada en los fuegos prehistóricos pone de manifiesto cuestiones "muy llamativas", comenta Herrejón, como que al haber un intervalo de al menos 200 años entre el primero y el último, es evidente que quienes hicieron uno y otro nunca llegaron a conocerse.

"Y no solo eso, sino que al haber transcurrido al menos dos siglos entre ellos, pertenecerían a generaciones y sociedades muy distintas, pensemos lo diferentes que somos ahora de quienes vivieron en 1824", apunta la investigadora.

Volviendo a la comparativa del puzle, la investigadora avanza que este descubrimiento viene a aportar piezas para ayudar a comprender la imagen general.

Para encontrar el resto de 'piezas' y seguir componiendo la foto los investigadores seguirán trabajando para responder cuestiones como si los hogares siguieron ocupados entre unos y otros fuegos, si en caso de haber permanecido deshabitados quienes volvieron a ellos posteriormente -probablemente entre periodos de caza o recolección-, fueron pobladores recurrentes u pertenecieron a grupos distintos.

Los investigadores seguirán trabajando con restos de piedra, huesos o utensilios encontrados en los sedimentos de El Salt y usando técnicas como arqueomagnetismo para seguir ofreciendo respuestas sobre cómo era la vida humana en el Paleolítico. EFE

cam/icn

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