María Zamora, Premio Nacional de Cine 2024, aún siente el "síndrome de la impostora"

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Madrid, 3 jun (EFE).- María Zamora, flamante Premio Nacional de Cinematografía 2024, lleva más de la mitad de su vida dedicada al cine y ha producido cerca de cuarenta filmes, entre cortos y largometrajes, pero aún le cuesta sacarse de encima el "síndrome de la impostora".

Este premio, que le ha sido concedido por "su apoyo al cine independiente y arriesgado", pone en valor de algún modo, considera la productora, un tipo de cine "autoral que, a lo mejor no llega a todo el mundo que nos gustaría que llegara", reconoce.

Pero "gracias a la repercusión internacional, a la presencia en festivales o algunos impulsos por parte de quienes trabajamos en ello, pues llegan un poco más lejos", ha señalado en declaraciones a EFE.

La productora y distribuidora de cintas como 'Alcarrás' (2022), 'Creatura' (2023) u 'O Corno' (2023), cree que es un premio que reconoce a "ese cine que al final es que nos representa más allá de nuestras fronteras".

A Zamora la llamada del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, le ha pillado en plena lonja de pescado, en el puerto de Vigo, localizando para la tercera película de Carla Simón, 'Romería', que empezarán a rodar en agosto.

"Al principio me he quedado parada, pero luego he reconocido la voz de Urtasun y, cuando estaba hablando con el director del ICAA, Ignasi Camós, me he dado cuenta de que Carla soltaba 'sonrisillas de niña pilla': ella ya lo sabía y no me había dicho nada", explica Zamora, que precisamente sustituye a Simón en la lista de ganadores del premio más importante de la cinematografía española.

De hecho, Zamora (Valencia, 1976) es la segunda productora que consigue ganar este premio, tras Esther García (2018), en los 43 años que el Ministerio de Cultura lleva entregando el galardón.

Un premio que normalmente recompensa una aportación sobresaliente a través de una obra o labor profesional desarrollada el año anterior, pero también, "en casos excepcionales debidamente motivados", se otorga como reconocimiento a una trayectoria profesional.

Este es su caso. Su arrojo está detrás de títulos como 'Mapa' (2012), de León Siminiani; 'Todos están muertos' (2024), de Beatriz Sanchís; 'María (y los demás)' (2016), de Nely Reguera; 'Los días que vendrán' (2019), de Carlos Marqués-Marcet, o 'Matria' (2023), de Álvaro Gago.

Pero también de 'Libertad' (2021), la ópera prima de Clara Roquet, y de 'Verano 1993' (2017) y 'Alcarràs', ambas de Carla Simón.

"Aún queda mucho, falta todavía que estos premios, sobre todo los que son más de industria, pasen también por otros miembros de nuestro sector, que no tienen por qué ser la cara visible, pero que también lo impulsamos", reflexiona Zamora.

Habla de los productores, pero también de los "directores de arte, músicos, o guionistas que son los primeros, los que paren las ideas, y no se les da la importancia que tienen".

Desde su 'sindrome de impostora', a Zamora le parece muy importante que le den un Premio de Cinematografía "a un guionista, no a un director-guionista, y no se lo han dado nunca a uno", a excepción de Rafael Azcona, en 1982, el tercer receptor de este premio tras Carlos Saura (1980) y Luis García Berlanga (1981).

Para ella es importante que el premio se lo dé "un jurado formado por distintos miembros del sector, no solo del Ministerio, sino de todas las asociaciones que nos representan: la Academia, los actores de AISGE, los guionistas de ALMA, las mujeres de CIMA".

Y aunque "es un compendio de gente muy diferente la que decide esto", Zamora reconoce el fondo político: "Se pone en valor a un tipo de productores que decidimos arriesgar por unas miradas distintas, propias, auténticas, y que, a lo mejor, podemos hacer otras cosas".

El galardón, dotado con 30.000 euros, se entrega habitualmente en el mes de septiembre en el marco del Festival de San Sebastián. EFE

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