'Un hombre sin miedo', la historia del Padre Llanos, el cura rojo que se alzó por Vallecas

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Ana Márquez

Madrid, 2 jun (EFE).- Un jesuita protegido por el general Franco que acabó alzando el puño y cantando la Internacional podría ser el escueto resumen de la vida del Padre Llanos, pero esta figura histórica para El Pozo del Tío Raimundo, en el extrarradio de Madrid, se conjuga en "un personaje poliédrico" en el documental 'Un hombre sin miedo'.

Así lo define en una entrevista a EFE el director del documental, Juan Luis de No, quien quedó fascinado con la figura del religioso hace cuatro años: "Puede sonar tópico, pero en pleno confinamiento del coronavirus ya estaba dando vuelta a un guión, leí su biografía y aluciné", asegura.

El próximo 7 de junio se estrenará este documental que muestra "cómo se puede cambiar de opinión y tener la valentía para cambiar".

Llanos (1906-1992) nació en el pudiente barrio de Salamanca de Madrid, tenía novia, estudió Química en Bruselas, pero sintió la llamada religiosa y, tras la victoria de Francisco Franco en la Guerra Civil, se convirtió en uno de los referentes del nacionalcatolicismo, llegando a ser el confesor espiritual del dictador.

En los años cincuenta comienza su transformación. La llegada de la Teología de la Liberación y la figura del cura obrero dan paso a un nuevo perfil del Padre LLanos.

 "La gente venía de los pueblos -extremeños, andaluces y machengos- huyendo de la represión, eran los perdedores de la guerra y se establecieron en la periferia de Madrid", narra el director del documental, quien apunta que El Pozo del Tío Raimundo era "un lugar más", pero se convirtió "en la punta de lanza" gracias al jesuita.

Allí, en 1955, compra una chabola y la reconvierte en iglesia para comenzar desde ella su labor evangelizadora, educativa y social en el extrarradio, afiliarse al Partido Comunista y militar en Comisiones Obreras.

"Es un personaje poliédrico y la representación de la complejidad del ser humano. Cuando se va al Pozo hace una ruptura con su pasado" y ese proceso de lo más misterioso es lo que más llama la atención del Padre LLanos, destaca el director.

A través de diversos testimonios, desde el abogado, político, periodista y escritor Nicolás Sartorius; hasta la abogada Cristina Almeida; la nieta de 'La Pasionaria' Dolores-Ibarrui; o el expresidente de la Asociación de Vecinos de El Pozo, Miguel Ángel Pascual, se construye la biografía "con todas sus aristas" del jesuita.

El director agradece la participación de los propios vecinos de esta zona de Madrid que, gracias a archivos personales, han aportado documentos para reforzar la narración: "No partíamos de un guión muy cerrado, más allá de la vida de Llanos, pero gracias a la vida del barrio y sus habitantes se ha hecho camino", afirma, al tiempo que subraya que han empleado dos años en todo el trabajo de documentación.

Además, resalta la participación de Tino Calabuig, precursor del Colectivo de Cine de Madrid, un grupo de jóvenes del Partido Comunista que, en los años setenta, "cuando nadie se atrevía", salía a las calles con sus cámaras de 16 milímetros a rodar manifestaciones y "adentrarse en los barrios para contar qué pasaba en ellos".

Así, pivotando entre testimonios coétaneos, archivo documental y la locución de los escritos del Padre Llanos, se ha construido una película de no ficción para enmarcar un momento concreto de la ciudad de Madrid, con el jesuita como eje central, pero sin ser el protagonista total.

El documental es también la historia de la transformación y lucha de un barrio, y cómo el urbanismo de la ciudad de Madrid, desde el tardofranquismo, expulsó a su periferia a inmigrantes y pobres, y cómo desde la colectividad se logra la supervivencia.

"La gente mayor del barrio recuerda muy bien al Padre Llanos, ese poso ha quedado, y la gente joven lo está redescubriendo ahora. Hay que saber de dónde venimos", destaca el director que, explica, que están concretando diferentes coloquios para el visionado del documental y así llevar de nuevo "lo colectivo" en el conocimiento de la figura del Padre LLanos. EFE

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(foto)

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