La tormenta solar permite ver auroras boreales rojizas en Canarias, un evento muy inusual

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Santa Cruz de Tenerife, 11 may (EFE).- Una tormenta solar de categoría G4, sin precedentes en los últimos 20 años, ha permitido visualizar auroras boreales de color rojizo incluso en Canarias, un evento extremadamente inusual, dada la baja latitud del archipiélago.

Aunque se espera que se pueda ver durante al menos una o dos noches más, el físico solar del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Héctor Socas señala en declaraciones a EFE que es difícil predecir el comportamiento de estos fenómenos, que son "muy inciertos", de ahí la necesidad e importancia de seguir investigando para mejorar la capacidad de predicción.

Respecto a las posibles repercusiones negativas de una tormenta solar de estas características, que podría ocasionar problemas en las telecomunicaciones globales, Socas ha apuntado que, en principio, los satélites tienen un "modo seguro" y que aquellos especialmente sensibles, cuando se ve venir la tormenta solar, predecible porque tarda en llegar uno o dos días pese a que viajan a varios millones de kilómetros por segundo, se ponen en ese modo.

Así, Socas ha explicado que estos días el sol está "inusualmente activo" tras erupciones que se han producido en una región activa de la estrella solar, conocida como AR3664, que es un grupo "muy grande y complejo "de manchas solares con un campo magnético "muy retorcido" donde se producen una serie de tensiones que acaban dando lugar a explosiones muy violentas que expulsan al espacio material solar, plasma solar, a altas velocidades.

"Estas erupciones se propagan por el medio interplanetario y nos encontramos ahora en su rango de influencia, viéndonos afectados por las consecuencias de estas explosiones. En principio, no esperamos que tenga consecuencias serias y que el efecto que produzca sea de auroras boreales como las que hemos disfrutado durante las últimas horas y que, probablemente, se prolonguen durante, por lo menos, un par de días más", ha apostillado el científico.

Las consecuencias negativas, ha ahondado Socas, se empezarían a ver con tormentas de nivel G5, que podrían causar daños importantes en infraestructuras eléctricas, a la tecnología y equipamiento electrónico, y ocasionar apagones e interferencias con comunicaciones a gran escala.

"Esto, como digo, no es lo previsible para este caso en concreto, pero es parte de las consecuencias negativas que pueden tener estas tormentas cuando se dan con una intensidad extraordinariamente alta", ha matizado.

Socas ha insistido en lo extremadamente inusual que es que en Canarias, en zonas con cielo muy oscuro y despejado, se pueda ver esa luminiscencia rojiza.

Ha agregado que actualmente el Sol se está acercando al máximo de su ciclo de actividad, un ciclo que dura unos 11 años, y se espera que alcance su máximo el año que viene y que luego vaya progresivamente a la baja.

En cualquier caso, la tecnología de predicción de cómo estos eventos solares afectan a la Tierra todavía "no es tan precisa como nos gustaría" porque el entendimiento de todos los procesos fundamentales que tienen lugar en la interacción de estas partículas solares cuando llegan a la Tierra e interactúan con la magnetosfera terrestre "todavía no la entendemos".

Socas ha señalado que el IAC trabaja intensamente en el estudio de esta actividad solar y ha señalado que estas auroras boreales es la parte "benigna" de un evento así. EFE

cmg/pcr/cc

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