El Museo Thyssen expone la obra de un treintañero rompedor que enamoró a Borja y Blanca

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Madrid, 10 may (EFE).- Dentro del programa dedicado a la colección de Blanca y Borja Thyssen-Bornemisza, el museo Thyssen expone 17 piezas del estadounidense Robert Nava que nutre su enérgico estilo de la mitología, del cine o del cómic, influido también por el arte sacro, el precolombino y hasta por Francisco de Goya.

El propio artista, acompañado por los Thyssen y por el comisario de la muestra Guillermo Solana, ha presentado este viernes el montaje, que se podrá visitar a partir de mañana y hasta el próximo 22 de septiembre en la primera planta del museo nacional ubicado en el madrileño Paseo del Prado.

Se trata de la primera monográfica que este artista expone en un museo, lo cual, según ha dicho, agradece mucho, tanto por la experiencia, como por la posibilidad de inspirarse en los artistas clásicos y contemporáneos españoles.

Tanto es así que Nava (Chicago, 1985), que visitaba por primera vez España y por supuesto, fue al Museo del Prado, ha confesado estar "impresionado" por la obra del artista de Fuendetodos y ha asegurado que "le llevará tiempo asimilar el impacto que ha tenido sobre él" lo que ha visto.

De hecho, ha dicho que hoy iba entero vestido de negro en homenaje al artista español.

Educado en la Universidad de Bellas Artes de Indiana, y máster en Yale, su obra responde más "a una intención de desaprendizaje y de romper con las normas y prescripciones adquiridas durante su formación", ha explicado Solana.

Así, ha dicho el comisario, "rompe con las convenciones de la pintura bien hecha (...) con una asombrosa energía pictórica que se nutre de un mundo mitológico creado por él mismo a partir de materiales muy contemporáneos, como el cine, del cómic o el graffitti, pero que tiene también raíces muy antiguas".

"Por ejemplo -aporta Solana-, de los beatos o las ilustraciones de los apocalipsis medievales, con criaturas fabulosas de muchas cabezas y monstruos que tienen a la vez, un carácter dramático y cómico a la vez".

El matrimonio Thyssen se prendó de Nava a partir de su obra 'Volador con castillo a la espalda' (2021), que fue su primera adquisición, y hoy han anunciado la compra de otra obra, 'Tormenta en el río rojo', en opinión de Solana "una de las más logradas de la exposición", que muestra las fauces abiertas de un tiburón que se eleva en el agua, rodeado de demonios verdes, blancos y rojos, con una infantil calavera enmarcando la imagen.

Sus figuras son esquemáticas y planas, sin sensación de profundidad, ejecutadas como habría hecho un niño antes de descubrir la perspectiva.

El personal estilo de Nava, un hombre tímido, según sus propias palabras, suele relacionarse con la llamada 'bad painting' o 'mala pintura', término acuñado en 1978 por Marcia Tucker, fundadora del New Museum the Nueva York, para definir aquellas obras que desafían los cánones clásicos del buen gusto.

Este particular artista, aún treintañero, ha confesado que pinta escuchando música electrónica, aunque el cuadro ante el que charlaba con la prensa sobre su exposición, 'Entre fieras nos entendemos' -cedido por la Pace Gallery donde tiene gran parte de su obra- lo dibujó entre piezas clásicas y heavy metal.

En él, con el universo como fondo, y estrellas sol y luna simultáneas sobre fondo negro rasgado por una luminosidad naranja, emergen figuras zoomórficas, dragones y lobos con alas, que según ha explicado el comisario, Nava pinta usando diversos materiales, desde el aerosol o los acrílicos, al óleo en barra, e incluso, a veces, lápiz, elementos que le permiten trabajar con rapidez. EFE

aga/aam

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