De Prada: los artistas españoles exiliados en el París ocupado colaboraron con Falange

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Madrid, 9 may (EFE).- La mayor parte de los escritores y artistas españoles que estaban exiliados en el París ocupado por los nazis colaboraron en las actividades culturales de Falange, asegura el escritor Juan Manuel de Prada, que dedica su última novela a esta comunidad que sobrevivía en Francia en circunstancias muy penosas.

'Mil ojos esconde la noche. 1. La ciudad sin luz' (Espasa) es el primero de los dos volúmenes de este proyecto de 1.600 páginas, continuación en cierta manera de la primera novela de De Prada, 'Las máscaras del héroe' (1996) y en el que el autor recupera al personaje protagonista, el falangista Fernando Navales, al que sitúa en el París ocupado por los nazis.

Estos artistas, decenas de personajes reales de la época, son en la novela de De Prada (Baracaldo, 1970) el objetivo de Navales, un personaje movido por el resentimiento que intenta conseguir que los artistas e intelectuales españoles exiliados colaboren con las actividades que Falange desarrolla en el París ocupado.

Pablo Picasso, César González Ruano, Gregorio Marañón, María Casares y Óscar Domínguez son algunos de los muchos personajes que aparecen en la novela de De Prada.

"Es una novela de muchísimo trabajo con multitud de personajes y la documentación ha sido abrumadora" en archivos y hemerotecas, ha asegurado en un encuentro con periodistas el autor, que destaca cómo el París de la Segunda Guerra Mundial es un escenario muy familiar para todos por las películas, en las que se ha hecho "una mitificación a veces degradante".

Por eso considera que su novela, que ha escrito a mano, es "incómoda en muchos sentidos", tanto por su exigencia literaria como porque plantea una visión problemática de aquellos años frente a una visión histórica, "a veces muy simplificada o incluso muy maniquea".

"Muchos grandes artistas españoles, anarquistas, comunistas, socialistas, republicanos en general colaboran, participan en las exposiciones que organiza la delegación de Falange en París. Es un hecho desconocido, pero los documentos y la prensa cantan. ¿Por qué ocurre? Ahí entraríamos en los juicios de intenciones que creo que no debemos hacer. En mi novela fantaseo con que es Fernando Navales, el protagonista, quien mediante mañas y tretas capciosas, embauca a estas personas, las chantajea, las fuerza", señala.

Un hecho que se ha silenciado porque, en su opinión, "se trata de crear una historia muy maniquea": "El peso que la ideología tiene en nuestra vida es relativo, no nos engañemos. Podemos defender nuestras ideas y es estupendo que así sea en un mundo en donde tenemos una protección legal que nos permite hacerlo, pero hay otras circunstancias vitales en las que las leyes no te protegen" y donde se necesita comida para no morir de hambre, dice.

Y al ocultar estas cosas, "se ha restado grandeza a estos personajes", como es el caso de Gregorio Marañón, uno de los grandes intelectuales de la segunda República que se exilia en Francia, desde donde intentó congraciarse con el bando sublevado.

Y en el París ocupado, como relata en su novela, Marañón pronunció el Día de la Raza, el 12 de octubre de 1941 en un acto organizado por Falange en el Teatro de los Campos Elíseos "ante todos los gerifaltes nazis, ante los jefes del partido fascista italiano, ante todas las autoridades de ocupación, una conferencia en la que defiende que la raza es la lengua y que, por lo tanto, la raza española la integran todas aquellas personas que hablan la lengua española".

"Eso significa decir que un judío que habla alemán es ario" delante de los nazis, indica Juan Manuel de Prada, que señala que "esto honra a Marañón, aumenta su estatura intelectual, pero como se ha querido ocultar que en esos años ya estaba totalmente colaborando con las actividades franquistas, se oculta esto, un momento estelar de su vida".

Todo demuestra, dice "que la vida siempre es más completa que las demarcaciones ideológicas que se pretenden desde los despachos políticos. Yo creo que España estaría madura para hablar con seriedad de estas cuestiones y no para introducir visiones unilaterales que no conducen a nada", recalca. EFE

cn/aam

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