El TSJC confirma 23 años de prisión por asesinar a su mujer asestándole 32 puñaladas

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Barcelona, 2 may (EFE).- El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha confirmado la pena de 23 años de prisión para un hombre acusado de asesinar en diciembre de 2019 en El Prat de Llobregat (Barcelona) a su mujer, con quien tenía tres hijos y de la que se estaba divorciando, asestándole 32 puñaladas.

El pasado mes de noviembre, la Audiencia de Barcelona impuso esta condena al acusado tras el veredicto dictado por un jurado popular, que lo consideró culpable de haber matado a su esposa con alevosía y ensañamiento.

Contra esta sentencia, la defensa del acusado -que se halla en prisión desde diciembre de 2019- interpuso un recurso de apelación en el que impugnaba las circunstancias agravantes de alevosía, ensañamiento y de genero.

La sala de apelaciones de la sala civil y penal del TSJC ha desestimado este recurso de apelación y ha confirmado íntegramente la sentencia dictada por la Audiencia de Barcelona.

El Ministerio Público acusaba al condenado de asesinar a su mujer, con quien llevaba casado desde 2017 -pese a que llevaban más años viviendo juntos- y de la que se estaba divorciando, con 32 puñaladas de forma sorpresiva en el domicilio familiar.

La acusación particular ejercida por la madre y la hermana de la víctima solicitaba, además del asesinato con alevosía y ensañamiento con las agravantes de parentesco y género, una condena por delito de malos tratos físicos y por otro de coacciones continuadas.

El fallo, sin embargo, le absolvió de malos tratos físicos y de coacciones continuadas en el ámbito familiar.

Además del delito de asesinato, se le condenó con la privación de la patria potestad sobre sus tres hijos y con una medida de libertad vigilada de cinco años, así como a pagar indemnizaciones a sus descendientes, a la madre y a la hermana de la víctima, por un total de 550.000 euros.

En su sentencia, la Audiencia de Barcelona dio por probado que el acusado sentía un gran desprecio por la víctima ante las discrepancias que tenía con ella, derivadas del proceso de divorcio que en ese momento estaban negociando.

Movido por ese sentimiento de desprecio, la Audiencia relataba en su fallo que el 1 de diciembre de 2019 el acusado fue a la cocina a por un cuchillo y le asestó a su mujer 32 puñaladas, de las que siete le perforaron el cuello y dos penetraron a nivel de tórax izquierdo, afectando a órganos vitales como el pulmón o el corazón.

La sentencia afirmaba que el acusado atacó a la víctima de forma sorpresiva y repentina, de modo que la mujer no tuvo posibilidad de defenderse eficazmente, y que le clavó más puñaladas de las necesarias para acabar con su vida, lo que le generó un padecimiento añadido.

El acusado fue el día después del crimen al despacho de un abogado para entrevistarse con él y, tras la reunión, decidió entregarse, aunque fue detenido justo cuando salía de la oficina del letrado.

Una vez en dependencias policiales, el hombre confesó a los agentes dónde había escondido el arma del crimen que usó para matar a su mujer y manifestó la voluntad de entregarla, según la sentencia.

Sobre la absolución del presunto delito de malos tratos tras una supuesta agresión cometida el 24 de junio de 2019, la sentencia se apoyó en el veredicto del jurado, que no lo dio por probado ante "la ausencia de prueba suficiente para afirmar su certeza".

En cuanto al delito de coacciones, la Audiencia constataba también en su escrito que el jurado no lo consideró probado "ante la inexistencia de pruebas concluyentes de los múltiples hechos por los que se formula la acusación". EFE

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sg-si/pll/msp

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