Madrid, 24 abr (EFE).- Cada año se sacan el carné de conducir en España unas 600.000 personas, la mayoría jóvenes, pero mientras en el mundo rural siguen siendo los 18 años la edad en la que lo consiguen (la mínima exigible para el permiso habitual), en las ciudades la edad se retrasa a los 27 años.
Lo ha dicho este miércoles en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso el director general de Tráfico, Pere Navarro, que ha comparecido para explicar las líneas generales de su departamento en esta legislatura.
Tras recordar que la educación vial ya ha entrado en el ciclo educativo, Navarro ha querido rebatir las afirmaciones de aquellos que dicen que los jóvenes no se sacan el carné.
Según él, las cifras lo desmienten, ya que cada año hay 600.000 nuevos conductores, una cifra que se mantiene "relativamente estable". En la España rural se sacan el permiso a los 18 años y en la ciudad a partir de los 27, "cuando les hace falta", ha recalcado Navarro.
De hecho, se realizan 850.000 exámenes teóricos y 966.000 pruebas prácticas. Respecto a estas últimas, solo aprueba a la primera el 47 por ciento de los aspirantes, por lo que la DGT y las autoescuelas han creado un grupo de trabajo para mejorar la formación y adoptar medidas que aumenten ese porcentaje de aptos.
Ante las inquietudes de los diputados, sobre todo de los grupos catalanes, Navarro ha reconocido que hay problema con el número insuficiente de examinadores, sobre todo en Catalunya, pero ha asegurado que el problema es mayor por la falta de administrativos.
Navarro ha preciado que a finales de mayo habrá 54 examinadores más -23 de ellos para Catalunya-, con lo que la cifra total de este colectivo ascenderá a 855, "la más alta de los últimos doce años".
Ha recordado que hay 17 examinadores itinerantes -8 para Catalunya- que acuden donde sea necesario y una partida presupuestaria para pagar horas extras y pode así reforzar las provincias en las que por alguna razón hay acumulación de pruebas pendientes.
Frente a las cifras de exámenes en espera en esa comunidad que algunos elevan a más de 60.000, Navarro las ha cuantificado en 33.000 en las cuatro provincias, y ha abogado por poder implantar convocatorias descentralizadas para examinadores de tal manera que pueda presentarse profesores de autoescuela de Catalunya.
Respecto a la falta de conductores profesionales en España y en toda Europa, el director de Tráfico ha recordado que se llegó a un acuerdo interministerial para agilizar el canje de permisos de conducir y poder trabajar en España.
Un canje que pueden solicitar las empresas y que hasta la fecha ya se ha pedido para 847 conductores extranjeros, sobre todo de Latinoamérica, que para el canje tendrán que hacer una prueba práctica en vías abiertas.
Retirar el permiso de conducir en la España rural por edad o por no pasar el reconocimiento preceptivo puede ser un "drama", ha recordado Navarro en su intervención.
Por eso, se optó por una vía intermedia para aquellos que no tienen mas remedio que usar el coche para ir a la farmacia, al médico o al banco. Son unos 70.000 conductores que pueden sentarse al volante pero con limitaciones: no hacer largos recorridos (solo en un radio de 30 kilómetros del domicilio), ni circular por la noche.
El 42 por ciento de los 1.145 fallecidos en vías interurbanas el pasado año perdió la vida en una salida de vía, una causa que preocupa especialmente a Tráfico, que ya estudia medidas para reducir esta siniestralidad.
Un accidente en el que solo está implicado el conductor y que puede deberse a velocidad inadecuada, al alcohol o a una distracción, pero también a la somnolencia, como están demostrando los estudios y las autopsias, según ha dicho Navarro.
En muchos casos las autopsias han descartado el consumo de alcohol y drogas, y las investigaciones no han revelado uso del móvil ni velocidad excesiva. Con ello, la conclusión es que un 7 % de los accidentes mortales podría deberse a la somnolencia, un problema emergente de salud pública.
Navarro ha abogado por el patrullaje de la policía de tráfico como la mejor medida preventiva en seguridad vial y ha concluido así: "Puede llegar algún día en el que una opción política diga que van a subir los límites de velocidad y quitar los radares. Si lo oyen, que se encienda la luz roja de alarma porque habremos traspasado una línea de alto riesgo". EFE
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