Madrid, 20 mar (EFE).- El 24 % de las chicas y el 11,2 % de los chicos de entre 14 y 17 años han sufrido violencia sexual en España en los últimos doce meses, según el primer estudio sobre victimización sexual en la adolescencia elaborado a nivel nacional.
La investigación 'La victimización sexual en la adolescencia: un estudio nacional desde la perspectiva de la juventud española', impulsada por el Grupo de Investigación en Victimización Infantil y Adolescente (GReVIA) de la Universidad de Barcelona, ha encuestado a 4.024 adolescentes de 70 centros educativos de todas las comunidades y ciudades autónomas españolas.
El objeto del estudio es conocer la prevalencia en la adolescencia de la violencia sexual física, de la perpetrada a través de internet y de la explotación sexual.
La profesora de la Universidad de Barcelona Noemí Pereda, responsable de la investigación, ha destacado este miércoles durante su presentación en Madrid que la violencia sexual es un "problema grave para los más jóvenes", tanto para las chicas como para los chicos.
Aunque la victimización sexual es más prevalente entre ellas, el informe evidencia que los adolescentes reportan con mayor frecuencia formas muy graves de violencia como la penetración o el sexo oral sin consentimiento, algo que no debe obviarse en los programas de prevención y atención.
El 17,8 % de adolescentes en España ha sufrido violencia sexual en los últimos 12 meses: el 24 % de las chicas y el 11,2 % de los chicos.
Pereda ha sostenido que los menores víctimas han sufrido entre uno y once experiencias de violencia sexual, con una media de dos, lo que quiere decir que "para algunos la violencia sexual es una condición vital crónica, no puntual".
La violencia sexual más prevalente es la electrónica, que han sufrido el 12,1 % de menores encuestados, y presenta una marcada diferencia por género: el 18,3 % de las chicas y el 5,9 % de los chicos son víctimas.
Un 11,1 % ha recibido solicitudes sexuales, esto es, les han hecho preguntas sexuales o intentado hablar 'online' sobre sexo cuando él o ella no querían. Por sexos, el 17,1 % de las adolescentes y el 5,2 % de los chicos.
El 'grooming', que una persona adulta haya manipulado o engañado a través de Internet a un menor para que le envíe material con contenido sexual o quede con él o ella en persona, lo han sufrido el 3,1 % (4,2 % de chicas y 1,9 % de chicos).
Casi el 10 % reporta haber sufrido violencia sexual con contacto físico, el 12,6 % de ellas y el 6,6 % de ellos.
El 8,8 % ha sido víctima de esta violencia por parte de un sujeto de edad similar a la suya (11 % de las chicas y 5,9 % de los chicos).
En el contexto de la violencia de género, el 6,6 % de las chicas ha padecido violencia sexual en el noviazgo. Entre ellos, la violencia sexual en el marco de una relación es del 2,3 %.
El 4,3 % de la muestra encuestada ha sido objeto de tocamientos por parte de un menor de edad conocido; el 1,3 % ha sido violado (penetración o sexo oral sin consentimiento) por alguien conocido de edad similar y el 0,8 % por un menor desconocido. En estas categorías no se aprecian diferencias por sexos.
Pereda ha resaltado que el acceso temprano a contenidos pornográficos puede estar incidiendo en la normalización de la violencia sexual por parte de los menores. La violencia sexual con contacto físico suele ser ejercida por parte de compañeros o amigos del colegio.
En cuanto a la perpetrada por adultos, que afecta a un 3,1 % de chicos y chicas, tiene como principales perpetradores a los padres o a otra figura familiar adulta.
La investigadora ha precisado que las chicas sufren más tocamientos no consentidos, mientras que los chicos padecen formas más graves por parte de adultos, tanto conocidos como desconocidos.
Pereda ha señalado que esta realidad está relacionada con una "visión patriarcal" que entiende que el menor varón es más fuerte y puede soportar violencia más grave, que además se considera que no va a reportar porque no siente que haya apoyo para víctimas masculinas de violencia sexual.
Por último, la investigación también ha analizado la prevalencia de la explotación sexual, materializada en el intercambio de sexo por dinero, obsequios, alcohol o drogas. Un 2,6 % de los adolescentes la ha sufrido, en similar medida chicos y chicas. Ahora bien, ellas reportaron haber producido más material sexual, como fotos o vídeos, y ellos sufrieron más penetraciones.
Los perpetradores contactaron con ellas y ellos a través de plataformas digitales, como Instagram o Whatsapp, pero también fueron a buscarlos a la salida de los centros escolares o de sus casas.
"No se puede olvidar que la violencia sexual tiene su base en la desigualdad de la diferencia de edad entre víctima y victimario, que el género incrementa a su vez el riesgo de violencia sexual entre las adolescentes", ha subrayado la investigadora. Además, ha incidido en que hay que diseñar programas de prevención que tengan en cuenta esta realidad y que no dejen fuera a ningún género.
Pereda ha apuntado que la tecnología está haciendo que la violencia sexual se desplace del contexto 'offline' al electrónico, sin duda un entorno donde se comete violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes.
Ante esto, ha solicitado la pusta en marcha de programas educativos sobre riesgos en el entorno digital que incluyan educación afectivosexual. EFE
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