Granada, 4 mar (EFE).- Investigadores del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) utilizan los restos del teatro romano de Guadix (Granada), del siglo I, como un archivo climático que conserva registros sobre las inundaciones repetidas cada milenio y que estudian para entender el cambio climático y trazar previsiones.
Expertos del IGME, centro nacional del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han aprovechado los sedimentos acumulados en los restos del teatro accitano para ahondar en los periodos climáticos cálidos en época romana y medieval.
El teatro romano de Guadix fue localizado en 2007 durante las obras de un aparcamiento subterráneo, un proyecto que sacó a la luz un conjunto monumental de casi 6.000 metros cuadrados construido en el primer cuarto del siglo I y cuyas excavaciones dirige Antonio López.
Este arqueólogo comprobó la importancia de los sedimentos que cubrían las diferentes partes del conjunto y contactó con el equipo del CSIC, que comenzó a estudiar estos registros con el especialista Andrés Díez, el primero que constató que su origen se debía a grandes inundaciones.
Al trabajo se han unido desde entonces Rosa María Mateos y Daniel Vázquez, que contribuyeron a desentrañar la información contenida en las arcillas, limos y arenas fluviales con el objetivo de reconstruir lo acontecido en Guadix durante los últimos dos milenios.
"Nos encontrábamos ante algo excepcional", ha apuntado Vázquez en un comunicado que destaca que el yacimiento funciona como una especie de archivo climático para datar las grandes inundaciones.
Los arqueólogos hallaron restos de cerámica, vidrio y monedas en el sedimento, datos que se han sumado al uso de técnicas de datación como el radiocarbono -carbono 14- y la luminiscencia y que han corroborado fechas de grandes episodios ambientales.
"Fue un trabajo coral que combina las herramientas que ofrece la geología, la arqueología y la cronología", ha añadido Mateos, que ha apuntado que se ha certificado una inundación catastrófica por cada milenio.
Mientras los romanos construían la porticus del teatro, varios pulsos de una gran inundación de la cercana rambla del Almorejo dejaron allí su impronta.
Más de mil años después, a finales del siglo XII y cuando los almohades se nutrían de los elementos del teatro romano como cantera, se registró otra inundación catastrófica en la zona que también dejó huella hasta que el calor volvió de nuevo a Europa en la Edad Media.
Según el equipo de investigadores que trabaja en el yacimiento del teatro romano de Guadix, sus restos pueden ayudar a entender los efectos del actual calentamiento climático y prever sus consecuencias en factores de inundación.
Los investigadores aprovecharán que sobre las ruinas del teatro romano de Guadix está escrito lo que ocurrió en el pasado para abordar el futuro en un contexto de calentamiento del clima que se repite mil años después de la última gran avenida. EFE
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