Autores independientes y editoriales pequeñas prefieren la intimidad de citas como GRAF

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Sergio Andreu

Barcelona, 3 mar (EFE).- En GRAF, que este fin de semana cumple su 11ª edición, no hay espacio ni para tebeos superventas de superhéroes o manga (convencional) ni para stands de grandes corporaciones; los reyes de este salón de cómic independiente, de dimensiones humanas, son los autores, las pequeñas editoriales y los creadores que optan por la autoedición.

Un pequeño formato, con un centenar de expositores repartidos en el antiguo recinto fabril de la Fabra i Coats, en el que se mueve como pez en el agua la veterana editorial La Cúpula, a cuyo responsable, Emilio Bernárdez, nunca se le han caído los anillos por ponerse detrás del mostrador a atender a los lectores, cobrar libros o hacer lo que toque.

"Para un sello como el nuestro, es el formato adecuado. Nosotros somos pequeños editores. Aquí ves exactamente lo que nosotros publicamos, el tipo de material que publicamos, cómic de autor, no un cómic industrial", apunta el editor, que disfruta del "colegueo y buen rollo" que hay entre los presentes, "unos junto a otros, casi sin separaciones entre los expositores".

Muy cómoda se ve igualmente a la premiada dibujante Nadia Hafid ("Chacales") que encuentra en estas citas "una oportunidad de que autoras y autores que se autoeditan o trabajan para editoriales pequeñas se den a conocer, puedan enseñar lo que están haciendo, y tengan la cercanía y feedback directo con el lector, de poner en valor qué es un cómic de autor".

GRAF forma parte de esa red de salones nicho que permite un contacto íntimo entre lectores y creadores, de la que forman parte otras citas -Gutter Fest, Tenderete, Fanzimad...- repartidas por toda España con una visión menos fabril y comercial del cómic.

Para Camille Vannier, ilustradora parisina que lleva veinte años afincada en Barcelona, que además de publicar con Caramba se autoedita fanzines de carácter autobiográfico, los días del GRAF son su "momento favorito del año, mejor que la Navidad", bromea, porque puede encontrarse, dice, con compañeros y colegas, algunos del resto de España y otros países, con lo que intercambiar ideas y proyectos.

El vigués Andrés Magán, que acaba de publicar "El buen ciudadano" (Apa Apa) está aquí más en su ambiente que en un salón grande, dice sin dar nombres: "Estoy más acostumbrado, veo más gente interesada en lo que hago y me permite conocer a otros creadores que hacen cosas parecidas", comenta el dibujante.

De la misma opinión es otra gallega, Pepa Prieto ("Mis agendas semanales") a quien si le dan a elegir lo tiene claro: "El Gutter, el GRAF... éstas son las ferias que me interesan, las otras es que ni siquiera sé cuáles son. Los superhéroes y esas cosas a mí me pillan un poco lejos, que también es una pena, porque como autora sé que el dinero está en el 'mainstream', pero a mí lo que me gusta es esto", zanja.

Albert Monteys ("Universo") es uno de los invitados más conocidos, y veteranos de los que han pasado por la Fabra i Coats, y de hecho se siente "un poco intruso" porque entiende que GRAF es sobre todo un espacio para fanzines y pequeñas editoriales (él publica dentro de Astiberri, casi un gigante en este entorno micro), lo que no quita para querer dejarse caer y descubrir y apoyar propuestas nuevas.

"Está súper bien, es muy estimulante; a veces de los salones más grandes sales agotado, pero de GRAF y citas así sales energizado con ganas de hacer cosas", subraya el dibujante barcelonés, director de la revista "El jueves" durante varios años.

Malfario Cómics es un pequeño sello de autoedición que, en palabras de su codirector, Miguel Ángel Moreno, lleva "siete años haciendo cómics de terror y mal rollo colaborativos" de autores españoles, y que desembarca en GRAF, junto con su socio, Francisco Lobón, para difundir sus trabajos, "encontrarse con amiguetes y por supuesto vender cómics y ver que tienen una recepción buena", explican a EFE.

Muchos sellos hace tiempo que optaron por alejarse de los salones de gran formato donde las obras de sus autores pasan desapercibidas, especialmente después de que las -anheladas por unos y temidas por otros- sinergias del cómic con lo audiovisual -videojuegos, películas y series- hayan acaparado espacio y tiempo en los programas de los eventos de mayores dimensiones.

"GRAF tiene el tamaño perfecto para nosotros. A las ferias más grandes, además de ser muy caras y de generar un montón de trabajo, no vamos porque no nos sentimos representados, ni el público que va busca lo que hacemos nosotros tampoco. Ésta, sin embargo, parece que está hecha especialmente para nosotros", aclara Toni Mascaró, editor de la pequeña pero carismática y selecta Apa Apa. EFE

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