Santa Cruz De Tenerife, 25 feb (EFE).- El Cabildo de Tenerife aprobará la declaración de emergencia hídrica para la isla en el pleno previsto para el 1 de marzo, avalada en informes técnicos que apuntan a una sequía extrema y de larga duración en las medianías y a riesgo crítico de desabastecimiento de agua en los próximos meses.
Para ello el grupo de gobierno en el Cabildo presentará una moción que busca el consenso del resto de formaciones para afrontar en bloque la grave situación de sequía.
La presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, hace un llamamiento a la unidad en este ámbito porque “estamos ante uno de los inviernos más secos de la historia reciente y asegurar el agua para el abastecimiento ciudadano y para el campo tinerfeño es un asunto capital que no tiene color político”.
La moción insta al Consejo Insular de Aguas de Tenerife a tramitar la declaración de emergencia hídrica para la isla y a que evalúe y ejecute, junto a Balsas de Tenerife (Balten), todas las acciones que se puedan desarrollar para garantizar el abastecimiento de la población y el sector agrícola, así como las medidas preventivas para evitar pérdidas en la red y otras relacionadas con el uso racional del agua.
Asimismo, la propuesta recoge que desde el Consejo Insular de Aguas y desde la Consejería de Turismo deberán impulsarse campañas informativas dirigidas a la personas, con especial referencia a turistas y visitantes, además de a la población local, sobre la importancia de utilizar de manera responsable los recursos hídricos.
La moción para la declaración de la emergencia hídrica está sustentada en información técnica que destaca las consecuencias de las anomalías térmicas cálidas y el déficit de precipitaciones de los últimos años.
La moción prosigue exponiendo que las precipitaciones han bajado en todas las estaciones analizadas, entre un 15 y un 40% y que la evapotranspiración ha subido principalmente en las medianías con aumentos de entre un 10 y un 25%, en consonancia con el aumento de la temperatura media del aire y el aumento de la radiación solar.
Estas situaciones han derivado en que los aportes de agua para los cultivos hayan aumentado al disminuir la precipitación en torno a un 15 y un 30%.
A 1 de febrero de 2024, cuando ha pasado ya buena parte de la estación habitual de lluvias, el nivel de almacenamiento de las balsas de Balten está en el 34,6% (un nivel muy inferior al de la misma fecha del ejercicio anterior, cuando alcanzaba el 52%).
Las circunstancias que se están dando hacen que la continuidad de los cultivos actuales esté comprometida en buena parte de la superficie agrícola de la isla, principalmente en las medianías, si no se ponen en marcha medidas que tendrán que estar respaldadas por esta declaración de emergencia. EFE
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