El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha corregido una sentencia de la Audiencia Provincial de Lugo y ha rebajado en seis meses, hasta fijarla en dos años y medio y un día, la pena de prisión para un padre que abusó sexualmente de su hija en varias ocasiones en 2019. La Sala de lo Civil y Penal del alto tribunal gallego no ha cambiado ni el relato de hechos ni cuestiona la veracidad del testimonio de la víctima, pero sí descarta una agravante en la que se habían basado los magistrados de la Audiencia para fijar más de 3 años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales. En concreto, la sentencia anterior, emitida en diciembre de 2022, elevaba la condena al considerar que los hechos delictivos se habían cometido en reiteradas ocasiones. Sin embargo, tal y como argumentó la defensa para interponer el recurso, ahora el TSXG recuerda que el delito continuado de abusos sexuales ya recoge la reiteración del hecho, por lo que no cabría el agravante. Los magistrados entienden que, al no destacarse "concretas razones que justifiquen la exasperación punitiva", procede la imposición de dos años y medio de cárcel y un día. VE VEROSÍMIL EL RELATO DE LA VÍCTIMA Eso sí, el TSXG rechaza otros argumentos de la defensa sobre la declaración de la víctima. De hecho, ratifican la verosimilitud de su relato porque "no hubo contradicciones" ni "quiebras en el relato". Por ello, el TSXG concluye que "no hay razones que justifiquen el error padecido por la Sala de instancia a la hora de valorar el testimonio de la víctima". Contra esta sentencia del alto tribunal gallego, emitida el lunes, 19 de febrero, todavía cabe interponer recurso de casación ante el Tribunal Supremo. RELATO DE HECHOS El hombre, de 39 años y nacionalidad portuguesa, fue condenado por abusar de su hija en 2019, año en el que la víctima cumplió 16 años, en al menos cuatro ocasiones en el citado año. El primero de ellos, de acuerdo con el relato de hechos probados, sucedió cuando ambos compartieron la cama del camión en el que trabajaba el hombre. Intentó tocar las partes íntimas de la menor, pero ella le apartó la mano y le advirtió que se lo diría a su madre si no paraba. En otra ocasión, cuando se encontraban en el domicilio familiar viendo una película en la televisión, el acusado apagó la luz y le tocó los pechos. Otro día le enseñó un vídeo pornográfico y le dijo que era "normal" que padres e hijas mantuviesen relaciones sexuales. En una cuarta ocasión en la que llevaba a la menor a casa de una amiga en Lugo, el hombre paró su vehículo e intentó tocarle en la zona genital tras decirle que "era más normal tener relaciones con uno de la familia que con uno de fuera". Además, el acusado "ejercía un control total sobre las decisiones que afectaban a las salidad de su hija" y que, cada vez que le pedía permiso, "le exigía un beso" y, cuando ella se lo iba a dar, "giraba la cara para que tuviera que besarlo en la boca".