Javier Herrero.
Madrid, 19 feb (EFE).- Sumergido aún en un nuevo disco que no verá la luz "hasta que sienta que pueda perdurar en el tiempo", Pablo López se prepara para salir al "recreo" de su inminente gira por teatros, el formato que más le gusta por la capacidad de dejarse llevar, parte irrenunciable de su personalidad.
"Alguien me recomendó una vez que en el escenario tuviera cautela, pero me salía fatal la jugada porque estaba engañando al espectador. Lo que hago, lo histriónico que pueda parecer a veces, es quién soy", reflexiona el artista malagueño este lunes en una charla con EFE.
Los próximos 24 y 25 de febrero inicia en Roquetas de Mar (Almería) un nuevo "tour" que lo mantendrá ocupado en España hasta junio, cuando ofrecerá en Madrid cuatro conciertos en el Teatro Albéniz del 13 al 16 de junio, con otras paradas como las del Palau de la Música de Barcelona (10 y 11 de abril) o la plaza de toros de Málaga (31 de mayo), y luego por Europa y Latinoamérica.
"Para mí este formato es lo que más se puede parecer a un recreo, porque tiene todos los ingredientes para desarrollar lo único del lenguaje de la música, de poder cantar muy bajito, de jugar con las dinámicas, dar caña o parar una canción y mirar al público a la cara", destaca.
Para que sus canciones "suenen como nunca han sonado", con arreglos "inverosímiles", le acompañará el combinado habitual de bajo, guitarras y batería, pero también una sección de vientos, y por supuesto su inseparable piano.
"Siempre se me olvida contarme como músico", recuerda con humor el hombre que vive las teclas como una extensión de su cuerpo. "Toco sin pensar y gente que duerme cerca de mí dice que toco mucho también por las noches", prosigue entre risas.
En los próximos meses habrá oportunidad de escuchar sus grandes éxitos y algunos de los temas que ha lanzado en el último año, como 'Quasi' y 'Abril sin anestesia', que formarán parte de un próximo álbum de estudio que no publicó a finales de 2023 como se esperaba.
"Es que no quiero publicarlo hasta que lo vea claro, hasta que sienta que es algo que puede quedarse en el tiempo y que pueda escucharlo como mi primer disco, 'Once historias y un piano', que lo saqué hace 11 años y masticaba canda canción pensando que la acabo de escribir", afirma.
Informa en cualquier caso que "no pasará de 2024" sin que ese álbum vea la luz bajo la imagen de un colibrí, símbolo "místico" en algunas culturas de buenas noticias y que para él representa a la canción como concepto "difícil de atrapar".
El pasado diciembre publicó el más reciente de los sencillos de ese trabajo, 'Mira cómo bailan', en el que habla precisamente del poder de la música "y de la esperanza" a través de una pareja de ancianos que se deja llevar. "Bailamos antes que hablamos. Incluso cuando a veces empezamos a perder la cabeza, seguimos bailando", señala.
"Eso para mí simboliza una manera de buscar la paz, sobre todo en momentos como los que estamos viviendo en que estamos politizando hasta los bandos de una guerra como las de Palestina e Israel o Ucrania y Rusia. Es curioso el egoísmo de algunos gobernantes, que hacen de esto algo suyo como si fuese un Madrid-Barcelona, cuando es gente que están matando", lamenta.
Aunque su último álbum de estudio es el ya lejano 'Unikornio' (2020), lo cierto es que no se ha dejado de escuchar la voz de Pablo López a través de 'Victoria' (2022), que compuso y produjo para Raphael, convertido en su mano derecha ("y también la izquierda").
"Con el permiso del señor Martos, diré que ese es mi quinto disco, porque digo cosas que él me inspira, me inspiró y me inspirará, pero entremezclo otras que no he sabido decir antes", indica, orgulloso de haberse "raphaelizado" y de que esa alianza dure, aunque le falten "muchos petisuís" para acercarse a otros "sastres" míticos del de Linares como Manuel Alejandro o José Luis Perales.
A menos de un mes de cumplir los 40 años, López no teme la llegada de la consabida crisis. "Tengo muchas ganas de que me pregunten qué edad tengo para decir que 40, me encuentro superbién y me siento más niño. Y luego tengo la suerte de que me he hinchado a hacer cosas, así que lo que echo más de menos es aburrirme", afirma.
La honestidad que ha guiado su carrera y de la que presume es la misma que considera clave para triunfar en la música, un consejo que espera que sirva para los concursantes de 'Operación Triunfo' que, 16 años después de su paso por la Academia, le tomarán el relevo a partir de la final que se celebra este lunes.
"Tienen que tener una personalidad marcada, que no den coletazos por demostrar versatilidad. Es importante que la gente te reconozca, porque cuesta mucho anclar tu nombre a la memoria de la gente y a lo mejor tienen que pasarse dos años luchando por ello. Cuando yo salí me di cuenta que esa fama del momento era efímera y que pertenecía a 'OT', no a Pablo López, así que paciencia y verdad, porque a los mentirosos se los coge muy rápido", concluye. EFE
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