Barcelona, 14 feb. (EFE).- Un estudio impulsado por el Instituto de Investigación Sant Pau (IR Sant Pau) ha revelado diferencias significativas en la microbiota intestinal entre hombres y mujeres que han sufrido un ictus isquémico.
El ictus isquémico, enfermedad cerebrovascular que afecta al flujo sanguíneo del cerebro, mantiene una conexión bien establecida con la microbiota intestinal a través del eje bidireccional intestino-cerebro y representa cerca de nueve de cada diez casos de ictus.
Los investigadores han encontrado una mayor diversidad de especies en varones y diferencias en la familia Fusobacteriaceae, un género de bacterias que se suelen desarrollar en ausencia de oxígeno libre, en mujeres, y sugieren que estos patrones podrían influir en el riesgo y la manifestación de la enfermedad.
Según ha informado el Hospital de Sant Pau de Barcelona, esta investigación destaca la importancia del sexo biológico en los estudios relacionados con los trastornos cerebrovasculares y microbiota intestinal, una conclusión de la que aún no se tenían datos.
"Este tipo de estudios no suelen mirar las especies microbianas y hemos trabajado con unas técnicas que permiten analizarlas. En el fondo, son las más importantes", ha explicado el doctor Miquel Lledós, del Grupo de Farmacogenómica y Genética Neurovascular del IR Sant Pau e investigador principal del estudio.
El proyecto se llevó a cabo en 89 pacientes que habían sufrido un ictus isquémico e incluyó a 12 personas sanas como grupo control.
De este modo, los investigadores pudieron analizar las diferencias de la microbiota intestinal entre hombres y mujeres con ictus isquémico mediante secuenciación metagenómica completa, una técnica que estudia los genes microbianos extraídos directamente de muestras ambientales.
Los resultados del análisis revelaron que los hombres que han sufrido ictus isquémico presentan mayor diversidad de especies en comparación con las mujeres afectadas por esta enfermedad.
Además, se encontraron diferencias de sexo en los pacientes con ictus isquémico con relación a la familia Fusobacteriaceae y se observó que estas bacterias no eran una consecuencia del ictus sufrido, sino que ya estaban presentes antes de haberlo experimentado.
En este sentido, el investigador principal del grupo Farmacogenómica y Genética Neurovascular del Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau, el doctor Israel Fernández-Cadenas, ha comentado que estas bacterias que se encontraron en el grupo de mujeres que habían sufrido un ictus isquémico "eran diferentes respecto a las del grupo de control, y eso no lo vemos en los hombres".
"En el grupo de hombres, no había diferencias entre pacientes con ictus y controles, por tanto, estas baterías eran específicas para el riesgo de ictus en mujeres. Con estudios bioinformáticos vimos que estas bacterias estaban antes de tener un ictus y, por tanto, eran un factor de riesgo", ha concluido. EFE
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