València, 8 feb (EFE).- Los problemas de suministro de fármacos llegaron a su máximo en 2023 con 475 medicamentos afectados y un promedio de 92 semanales, un 30 % más que el año anterior, incremento que estuvo marcado por la crisis, ya resuelta, de la amoxicilina pediátrica y el antidiabético ozempic, que encadena más de un año de escasez en las farmacias.
Son los principales resultados del "Balance 2023 de las incidencias en el suministro de medicamentos" presentado este jueves en el 23 Congreso Nacional Farmacéutico que reúne estos días en Valencia a más de 2.000 profesionales del sector.
Los datos recogidos por Cismed, el Centro de Información sobre el Suministro de Medicamentos, con las notificaciones en tiempo real que le suministran más de 10.000 farmacias, la mitad de las que hay en España, revelan un nuevo incremento de las incidencias de hasta el 30 %, aunque a un ritmo menor que el año pasado, cuando se dispararon un 150 % respecto a 2022.
Problemas que vienen de lejos, que no son exclusivos de España y que "no se van a solucionar tan fácilmente", ha recordado el presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF), Jesús Aguilar, antes de hacer hincapié en este dato: cada farmacéutico europeo pierde diez horas a la semana buscando medicamentos que escasean.
No obstante, también ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad: el 93 % de los fármacos que dieron problemas podían ser sustituidos por otra alternativa.
Asimismo, un 73 % pudo resolverse con Farmahelp, una herramienta con la que las farmacias pueden contactar con otras oficinas cercanas para ver si tienen el medicamento que busca el paciente; con este sistema se localizaron un total de 389.364 fármacos.
En total, fueron 475 medicamentos los que sufrieron alguna incidencia significativa tanto a nivel nacional como local en las farmacias españolas frente a los 403 del año pasado; semanalmente, se identificaron un promedio de 92 fármacos, frente a los 71 de un año antes, los 28 de 2021 o los 41 de 2020.
Fue en el primer semestre cuando más se acumularon las alertas, en buena parte por la crisis de la amoxicilina pediátrica, que alcanzó su pico en abril para empezar a mitigarse a partir de ahí; desde entonces no ha dejado de descender, si bien las farmacias que han notado su falta se han multiplicado por 50 desde 2021.
Tendencia contraria presentaron los antidiabéticos pertenecientes al grupo de los análogos del GLP-1, que por su efecto para reducir el apetito se prescriben también contra la obesidad.
El famoso ozempic, que empezó a presentar problemas a finales de 2022 y en 2023 ocupó el octavo lugar en la lista de fármacos con más incidencias, sigue faltando en las primeras semanas de este año, pero ya desde el segundo puesto.
Le superó en número de notificaciones el analgésico y antipirético Efferalgan, que también lideró la lista de 2023, por delante del ansiolítico orfidal y el primperán, usado para aliviar las náuseas.
Después, se situó el corticosteroide Nutrasona; Celestone Cronodose, usado para el tratamiento de enfermedades del corazón; Ibuprofeno Aristogen EFG; el antiinflamatorio y antirreumático no esteroideo Condrosulf; Ozempic; Ibuprofeno (Arginina) Kern Pharma EFG y el Paracetamol Qualigen EFG.
Más de la mitad de estas incidencias registradas en Cismed (56 %) no son problemas de suministro comunicados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) en el sistema CIMA.
El primero se nutre de los datos que le suministran en vivo las oficinas de farmacia, que comparte después con la Aemps, mientras que el segundo se actualiza continuamente con la información proporcionada por los laboratorios; a día de hoy, el listado de CIMA recoge una lista de 947.
Por grupos terapéuticos, la cifra mayor fue la que registraron los medicamentos para el sistema nervioso (17,9 %), cardiovascular (17,1 %) y digestivo (14,9 %), seguidos de los del sistema respiratorio 13,5 %), del músculoesquelético (7,8 %) y dermatológicos (7,1 %)
Se dieron cifras considerables de incidencias con antihipertensivos tipo IECA (7 %), oftalmológicos, antiinflamatorios, analgésicos y antipsicóticos (6 %), además de los usados para tos y resfriado (5 %).
La duración media de una incidencia de suministro se sitúa en algo más de 4 semanas, aunque suele ser un problema recurrente que se repite a lo largo del año; de hecho, la probabilidad de que un medicamento con problemas siga faltando a la semana siguiente es del 80 %.
Estas incidencias han centrado buena parte del congreso farmacéutico, preocupado por un problema que es multifactorial y al que estos profesionales quisieran contribuir a mitigar cambiando la forma farmacéutica, algo que están tratando con el Ministerio de Sanidad para incluir en la futura reforma de Ley de Garantías de Medicamentos.
Así, si se les permitiera por ejemplo sustituir por ejemplo el efferalgan por otro paracetamol efervescente, se podría "evitar la interrupciones de los tratamientos y ayudar a los pacientes", ha subrayado Juan Pedro Rísquez, vicepresidente del CGCOM.
"Picos de demanda por circunstancias sobrevenidas, insuficiente capacidad industrial, fallos puntuales en suministros de materias primas, discontinuidad de producción de algunos medicamentos por parte del fabricante por un cambio de estrategia de negocio o a precios muy deteriorados y márgenes mínimos de rentabilidad inasumibles" explican la situación, apuntó el secretario general de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG), Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, en una mesa centrada en este asunto.
Desde la Aemps trabajan para que "los problemas de suministro acaben siendo un problema crónico", ha indicado Manuel Ibarra, jefe del Departamento de Inspección y Control de la agencia. "Las autoridades sanitarias no nos resignamos", ha garantizado. EFE
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