La renuncia al pacto con Mercosur tendría un impacto desigual en la agricultura de España

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Belén Delgado

Madrid, 1 feb (EFECOM).- Si finalmente la Unión Europea (UE) renuncia al acuerdo de libre comercio con Mercosur, como pide Francia, la agricultura española tendrá menos facilidades para exportar ciertos productos agroalimentarios, si bien seguirán más protegidos otros sectores como la ganadería y los cítricos.

El acuerdo suscrito en 2019 entre la UE y Mercosur, el bloque formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay (Bolivia se adhirió a finales de 2023 pero aún no es miembro pleno), debe ser ratificado por todos los países comunitarios para entrar en vigor.

El Gobierno francés se opone y quiere forzar el fin de las negociaciones en un intento de aplacar las protestas de sus agricultores.

En muchos países europeos, el sector primario exige que las importaciones de terceros países se sometan a sus mismas normas de producción y, en el caso de Mercosur, denuncian que ciertos productos incumplen la exigente normativa sanitaria y ambiental de la UE.

El tratado con Mercosur, negociado durante casi veinte años, trata de superar las diferencias que existen entre ambos bloques en materia agropecuaria, con distintos estándares en ámbitos como la seguridad alimentaria, el uso de fitosanitarios, las indicaciones geográficas, el bienestar animal y el desarrollo sostenible.

Copa-Cogeca, que agrupa a los agricultores y cooperativas de la UE, advirtió ayer de que el impulso a dicho acuerdo en el actual contexto, con protestas de productores en la mitad de los Estados miembros, sería visto como "una nueva provocación" y pidieron medidas "a corto plazo" frente a la crisis que vive el sector.

En repetidas ocasiones, la organización ha denunciado que las medidas de salvaguarda introducidas son insuficientes para evitar la alteración del mercado y el impacto en el clima y el medio ambiente.

Según su análisis, los sectores europeos más damnificados con el pacto son los de carne de vacuno de Irlanda y Francia; los de azúcar de Francia, Alemania, Holanda, Bélgica y Polonia; los de cítricos mediterráneos, especialmente de España, y los de aves de corral, miel y arroz de todos los países comunitarios.

Según un informe de 2021 de la Comisión Europea, los acuerdos de libre comercio como el de Mercosur aumentarán las exportaciones agroalimentarias europeas, sobre todo de lácteos, carne de cerdo, bebidas, tabaco y alimentos procesados, mientras que la carne de vacuno y ave, el azúcar y el arroz serán los sectores más vulnerables ante el previsible aumento de las importaciones.

España culminó la presidencia de turno de la UE en el segundo semestre de 2023 sin haber cumplido su objetivo de cerrar el mencionado pacto, visto como una forma de reforzar las relaciones con Latinoamérica frente al avance de otros competidores, especialmente de China.

El pacto ofrece oportunidades para alimentos españoles de valor añadido o con denominación de origen, como vinos, aceites, bebidas espirituosas y lácteos, pese a las reservas que genera en los sectores ganadero y citrícola.

En 2019, el año de su aprobación, el Gobierno español cifró en cien millones de euros el ahorro en aranceles que podía suponer para los exportadores españoles de alimentos y bebidas, que actualmente pagan altos derechos de aduana.

Según los últimos datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo analizados por Efeagro, el comercio agroalimentario de España con los países de Mercosur es deficitario, con importaciones valoradas en 3.877 millones de euros y exportaciones por valor de 486 millones en 2023.

Las compras españolas de productos agroalimentarios de los cuatro países del bloque sudamericano se resintieron el 32,7 % respecto a 2022 y las ventas disminuyeron el 25,4 % anual.

Brasil y Argentina son potencias agrícolas a nivel mundial que han seguido exportando materias primas como cereales y oleaginosas en un contexto marcado por la guerra en Ucrania y la inflación.

Brasil vende a España sobre todo semillas oleaginosas (especialmente soja para alimentación animal), por 864 millones de euros en 2023, y cereales (maíz), por 596 millones.

Tras una abundante cosecha, el país sudamericano tuvo en general un récord de exportaciones de productos agropecuarios el año pasado, dirigido a satisfacer en particular la mayor demanda de China, aunque se espera un menor crecimiento en 2024 por el efecto de El Niño.

En cuanto a Argentina, las principales ventas de alimentos a España correspondieron al pescado (367 millones de euros) y a las grasas y aceites (177 millones), según datos oficiales.

Tras la mala cosecha de 2022-2023 por la sequía y para superar la grave crisis económica, el sector agrícola argentino ha pedido al nuevo mandatario del país, Javier Milei, medidas frente a la inflación y los problemas cambiarios, y la eliminación de los impuestos a la exportación, entre otras demandas.

Los agricultores y ganaderos españoles han expresado sus temores a la posible entrada de nuevas plagas, como en el pasado ha ocurrido con la importación de limones de Argentina, y han vinculado las exportaciones brasileñas de soja y carne a la deforestación de la Amazonía, pese a los compromisos de Brasil para evitarlo. EFECOM

bds/lrs/jlm

(infografía)

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