Sevilla, 29 ene (EFE).- El 70 % de las personas que ingresan en centros de internamiento de extranjeros (CIE) presenta una sintomatología elevada de depresión y ansiedad con un inicio de estos signos a partir de su internamiento y una prevalencia por encima de la media de situaciones de nerviosismo, soledad, tristeza o problemas para dormir.
Así lo evidencia un estudio presentado por el Centro Investigación y Acción Comunitaria de la Universidad de Sevilla (CESPYD) y el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), que ha tomado como muestra 87 entrevistas realizadas a personas internadas en centros de Algeciras, Madrid y Valencia y ha combinado visitas a los centros e investigación académica.
Dos de cada diez personas encuestadas aseguran haber intentado infligirse daño a sí mismas durante su internamiento, por lo que el informe sitúa a los CIE como espacios de riesgo para el desarrollo de los problemas de salud mental de las personas internas, quienes se enfrentan a la pérdida de libertad, despersonalización e incertidumbre.
El 87 % de los extranjeros internos está dispuesto a acudir a un servicio de ayuda psicológica si fuese ofrecido por el CIE, por lo que, según recomienda el estudio, las autoridades deben ofrecer un servicio de acompañamiento psicológico que cuente con competencias culturales adecuadas.
Las personas internas valoran de forma positiva la atención sanitaria y policial, aunque estiman negativamente la atención jurídica, debido a la falta de información y dificultades en la comunicación con su abogado, y la alimentación en los centros.
El estudio concluye que la detención contribuye de forma directa al empobrecimiento de la salud mental, al generar un daño psicológico a largo plazo, y ha situado a los centros de internamiento como contextos de riesgo para prácticas autolesivas. EFE
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