San Sebastián, 20 ene (EFE).- San Sebastián celebra este sábado su fiesta grande más participativa, con cifra récord de tamborradas, y más inclusiva, gracias al mayor índice de integración de la mujer en las agrupaciones festivas y al reconocimiento con el Tambor de Oro a la labor de la bailarina Isabel Verdini con personas discapacitadas.
Tras recuperar la fiesta en plenitud el pasado año, una vez superados dos años de suspensiones por culpa de la pandemia de la covid, la capital donostiarra vive este 2024 su gran fiesta patronal con absoluta normalidad y más participación que nunca.
La jornada ha comenzado a medianoche con su acto más multitudinario y popular, la izada de la bandera por parte del alcalde, Eneko Goia, en el balcón del edificio de la biblioteca en la Plaza de la Constitución.
A esa hora, mientras ya ondeaba la bandera que daba inicio a la fiesta, la tamborrada de Gaztelubide, bien secundada por los dantzaris de Kresala, ha interpretado la marcha de San Sebastián y el resto de piezas compuestas por el maestro Raimundo Sarriegi, que siguen resonando por toda la ciudad hasta que la enseña sea arriada la próxima medianoche.
Son 160, dos más que el año anterior, las tamborradas de adultos que, cada una con su itinerario y horario, van llevando el sonido de tambores y barriles por los diferentes rincones de la ciudad.
Un récord de tamborradas que ha elevado la participación hasta los 21.306 integrantes, con mayor presencia femenina que nunca.
Cuatro de las compañías que hasta este año eran masculinas han pasado a ser mixtas, de manera que sólo cuatro siguen estando formadas exclusivamente por hombres y una sólo por mujeres, lo que se traduce en 96,9 % de entidades con integrantes de ambos sexos en sus filas.
No obstante, el protagonismo diurno ha recaído, un año más, en los más pequeños, que han desafiado las bajas temperaturas -cualquier cosa es mejor que la lluvia- y han desfilado en la colorista y popular Tamborrada Infantil que ha partido desde los jardines de Alderdi Eder a mediodía para recorrer las calles del centro de la ciudad.
El sol, aunque apenas ha calentado el ambiente, sí que ha regalado color y alegría al desfile, en el que han participado 4.732 niños distribuidos en 48 compañías de colegios y asociaciones.
Mientras los pequeños completaban su recorrido por las calles del centro de la capital donostiarra, el salón de plenos del Ayuntamiento ha acogido uno de los actos más solemnes de la jornada festiva, la tradicional entrega del Tambor de Oro, el galardón con el que la ciudad reconoce a sus mejores embajadores.
Esta apreciada distinción ha recaído este año en la bailarina Isabel Verdini, creadora de una compañía de danza contemporánea que integra a personas con síndrome de Down.
Verdini inició su proyecto hace 30 años por amor a su sobrina Haizea, que tiene el síndrome de Down, y con la intención de demostrar y visibilizar las capacidades de personas con discapacidad.
El alcalde, Eneko Goia, ha destacado en su discurso que Verdini eligió la danza "como fórmula para expresarse y para dar una oportunidad" a personas que no la tenían.
"Inclusión, integración, cohesión e igualdad de oportunidades son palabras que se quedan cortas a la hora de explicar lo que Isabel y su academia hacen día a día. Me atrevo a decir que lo que Isabel logra con sus alumnos es algo mucho más grande, más ambicioso, más profundo y más hermoso: crea ilusión, abre caminos, esperanza y genera emoción", ha afirmado el regidor donostiarra.
Isabel Verdini ha subido al escenario, donde Goia le ha entregado el preciado Tambor de Oro, tras lo que, muy emocionada, ha expresado su agradecimiento a su equipo y todos los bailarines de su compañía.
Ha recordado que el proyecto de su compañía se inició hace 30 años "investigando, bailando, compartiendo, luchando, soñando y creando".
"Pero sobre todo creyendo que eso tan nuestro, lo que nos hace seres únicos e irrepetibles, eso tan inherente al ser humano como es la diversidad, es un gran valor y riqueza, nos hace ser más personas", ha manifestado.
Verdini ha hecho un llamamiento a la ciudadanía, instituciones, cultura y, en especial, al mundo de la danza "para que abracen a la discapacidad, porque es un valor esencial", de manera que todos puedan tener "las mismas posibilidades".
"Sigamos dando pasos por una Donostia inclusiva", ha concluido.
La fiesta continua en la capital donostiarra hasta la medianoche, cuando, al ritmo de la tamborrada de la Unión Artesana, se arríe la bandera en la plaza de la Constitución. EFE
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