Logroño, 13 ene (EFE).– El veterano alpinista Carlos Soria (Ávila, 1939) sigue con su empeño de alcanzar las 14 cumbres de más de ocho mil metros que hay en la tierra, para lo que le quedan dos, pero reconoce que la fecha de retomar ese reto "la pone la lesión", ya que se rompió la tibia en última ascensión y no se ha restablecido por completo.
Así lo ha relatado Soria a EFE, con motivo de la conferencia que este sábado imparte en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), sobre su experiencia como uno de los principales referentes del alpinismo en España y como todo un ejemplo a seguir por su constancia, ya que, a sus 84 años, mantiene una gran vitalidad y sigue con sus objetivos de vida en el deporte.
Reconoce, no obstante, que tras su último percance, ocurrido en mayo, por lo que realmente está contento "es por estar vivo".
Soria estaba a mediados de mayo cerca de hacer cumbre en el Dhaulagiri, uno de los dos ochomiles que le restan (el otro es el Shisha Pangma) para ser la persona de más edad que ha completado los 14 picos más altos de la tierra.
Pero esta cima ya se le había resistido en otras ocasiones antes y volvió a hacerlo en forma de accidente tan inesperado como grave, sobre todo porque ocurrió a 7.700 metros de altura; Soria y otros tres de sus acompañantes se vieron arrastrado en la caída de un sherpa, y eso le provocó una fuerte hemorragia y una fractura "muy fea" de la tibia.
“Fue una desgracia y una experiencia espantosa, sobre todo el descenso hasta llegar al campo III", ha relatado Soria, que da gracias a que no se vio solo en esa situación, ya que contaba con su amigo Sito Carcavilla y con dos escaladores polacos "que se portaron muy bien”.
Con el susto en el cuerpo, Soria regresó a su casa de Moralzarzal (Madrid), donde lleva 8 meses de reposo con dos operaciones, la última hace menos de un mes debido a la infección que lee produjeron los clavos y hierros que tenía y en la que le han quitado 26 tornillos y 2 chapas, ha explicado.
La familia no le pide dejarlo
Pero aún así, y aunque sabe que su futuro "lo marca la lesión", él no quiere parar, porque no lee apetece, dice, y por eso se prepara a diario con sesiones de bicicleta estática y flexiones de medio cuerpo.
"No puedo descansar y voy a seguir siendo un alpinista”, asegura. Además, su propia familia respalda el que tenga ese objetivo y esa actitud.
“Mi familia es especial, conmigo han hecho y seguirán haciendo montaña, nunca me van a pedir que deje las alturas”, ha subrayado, al tiempo que ha explicado que lleva 70 años subiendo montañas y nunca le han tenido que "sacar de ningún sitio". "Hasta ahora, pero fue algo ajeno a mí”, añade.
El alpinista abulense ha resaltado la importancia que tiene para su deporte la proliferación de rocódromos en España, "algo que es muy importante para luego subir montañas", aunque también hay aspectos del alpinismo que no le gustan, como la imagen de un Everest "saturado" de montañeros en la vía hacia la cumbre.
"Es algo que me parece fatal", ha resaltado, aunque "no como un problema para el medio ambiente" porque "lo peligroso para eso es la vida que hacemos todos cada día, ahí está la preocupación que deberíamos tener", ha concluido Soria.EFE
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