Francia pone como "línea roja" para las reglas fiscales limitar los ajustes si se invierte

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Bruselas, 7 dic (EFE).- Francia pidió este jueves que las futuras reglas fiscales europeas permitan suavizar el ajuste de déficit que tendrán que hacer los países si estos se comprometen a realizar inversiones y reformas estructurales y advirtió de que esta será una "línea roja" para que París dé luz verde a un acuerdo.

"Hay una línea roja que Francia no cruzará (...): queremos que se conserve en todo momento una incitación a invertir y a hacer reformas estructurales para todos los Estados miembros, cualquier que sea su situación financiera", dijo el ministro de Finanzas del país, Bruno Le Maire, en un encuentro telemático con medios de comunicación.

Según París, este es el único desacuerdo que persiste entre Alemania y Francia en la recta final de la negociación del nuevo Pacto de Estabilidad y Crecimiento, sobre el que los ministros de Economía y Finanzas de la UE buscarán un acuerdo durante una cena esta noche en Bruselas que podría prolongarse hasta el viernes.

Francia pide en concreto que los países sujetos a un expediente por exceso de déficit (superior al 3 % del PIB) puedan reducir el ajuste estructural anual del 0,5 % del PIB que les exigen las normas en dos décimas (hasta un 0,3 %) si se comprometen a llevar a cabo inversiones y reformas estructurales durante los cuatro años que dura el periodo de ajuste.

Le Maire explicó que París acepta el ajuste del 0,5 % estructural, pero reivindica este margen de "flexibilidad" para que el ajuste sea "limitado" y los Gobiernos puedan seguir invirtiendo ya que impedírselo "sería totalmente contraproducente, un error económico y un fallo político".

El ministro galo defendió que se trata de una propuesta "razonable" y que "Francia ha dado pasos significativos" hacia la posición alemana, aceptando las cláusulas de salvaguarda que exigirán una reducción anual media mínima de la deuda para los países cuyos ratios rebasen el 60 % del PIB y que los países con un déficit incluso inferior al tope del 3 % del PIB tenga que conducirlo al 1,5 %.

Francia quiere reglas "claras, firmes y creíbles" que puedan ser aplicadas, pero no unas normas "irrealistas" que no lleguen a aplicarse nunca, insistió Le Maire, subrayando que su país seguirá negociando "de buena fe" para lograr un acuerdo antes de que termine 2023.

Pese a que París llegará a la cita con esta nueva línea roja, el debate más acuciante entre los Veintisiete de cara a las próximas horas de negociación está relacionado con el indicador que se usará para medir el esfuerzo fiscal requerido a los países con un déficit superior al 3 % del PIB y a los que se ha abierto un expediente por ello.

La discusión gira en torno a si el ajuste debe realizarse sobre el déficit estructural o el déficit estructural primario: la diferencia entre estos dos es que el primero incluye el pago de los intereses de la deuda y el segundo no lo tiene en cuenta, por lo que este último conllevaría una suavización del ajuste sobre todo en épocas con altos tipos de interés.

Italia lidera el grupo de países que abogan por utilizar el déficit primario para cuantificar el ajuste exigido, pero otros como Alemania o Países Bajos lo rechazan porque consideran que esto derivaría en correcciones "demasiado lentas" del desfase entre ingresos y gastos públicos.

La reforma de las reglas fiscales está compuesta de tres reglamentos distintos y estas dos cuestiones abiertas forman parte de una normativa que debe ser aprobada por unanimidad, lo que en la práctica significa que cualquier país puede vetarlo si considera que el texto no está a la altura de sus exigencias. EFE

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Bruselas, 7 dic (EFE).- Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) intentarán este jueves alcanzar un acuerdo sobre las nuevas reglas de disciplina fiscal basado en una propuesta de la presidencia española que recoge el planteamiento de Alemania de exigir recortes anuales mínimos de la deuda a los países más endeudados.

El documento elaborado por España, al que tuvo acceso EFE, fue debatido anoche por los ministros tras una reunión entre los titulares de la eurozona (Eurogrupo), y podría alargarse hasta mañana viernes con el objetivo de cerrar el acuerdo.

En concreto, plantea que los países que superen el umbral de deuda del 60 % del PIB tengan que hacer una reducción "media anual mínima" de 1 punto porcentual del PIB cuando el ratio supere el 90 % del PIB y de 0,5 puntos cuando se encuentre entre el 60 % y el 90 %, durante todo el periodo de ajuste.

La propuesta atiende así la principal reclamación planteada por Alemania, que pedía un ajuste anual del 1 % al que inicialmente se opusieron varios Estados por considerar que podía ser en ciertos casos aún más estricto que las normas actuales, e incorpora además la idea alemana de exigir un colchón adicional incluso a los países que no rebasen el tope de déficit público del 3 % del PIB.

La Comisión Europea, señala el documento, tendrá que "asegurar que el ajuste fiscal continúa" hasta que el país sitúe su déficit en el 1,5 % del PIB en circunstancias económicas normales, con el fin de dejar "margen de maniobra" en los presupuestos.

El ajuste anual en el déficit estructural primario para ello oscilaría entre el 0,2 % y el 0,4 % del PIB en función del plazo que tenga el país para acometerlo.

En los casos en que el déficit público supere el 3 % del PIB, la propuesta prevé exigir al país un recorte anual mínimo del 0,5 % del PIB en el déficit estructural primario - sin tener en cuenta el pago de intereses -, aunque los países están divididos entre los que apoyan excluir los intereses para que el ajuste sea más suave y los que quieren incluirlos, según fuentes europeas.

En caso de que haya países incumplidores, el nuevo marco contemplará la posibilidad de que se les impongan multas semestrales que serán de menor cuantía que las de las reglas vigentes para facilitar su aplicación.

La novedad es que el último documento de la presidencia española elimina, a petición de Alemania, Austria o Países Bajos, el límite a la acumulación de sanciones que sugirió Bruselas.

Otro de los frentes abiertos son los criterios para que los gobiernos puedan ampliar de cuatro a siete los años de sus trayectorias fiscales, en función de los compromisos de reformas e inversiones que prometa cada uno de ellos.

De nuevo, el gran reto es aunar en un mismo documento a los llamados 'halcones' - partidarios de un marco presupuestario más centrado en la disciplina fiscal y la reducción de deuda y déficit - en el que se encuentran Alemania, Países Bajos, Austria o los nórdicos, y a los socios del sur, que como Francia o Italia desean más margen para el gasto y las inversiones públicas.

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