Los armadores del Villa de Pitanxo declaran hoy como investigados en la Audiencia Nacional

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Madrid, 27 nov (EFE).- Dos directivos de la armadora del Villa de Pitanxo, el buque gallego que naufragó en aguas de Terranova (Canadá) en febrero de 2022, declaran este lunes como imputados en la Audiencia Nacional ante el juez que investiga la tragedia marítima en la que fallecieron 21 marineros.

El juez Ismael Moreno les interrogará en la causa en la que ya investiga al patrón del barco, Juan Padín, uno de los tres únicos supervivientes del hundimiento. Además de él, sobrevivieron su sobrino, Eduardo Rial, y el marinero ghanés Samuel Kwesi.

La Fiscalía ve en el naufragio del Villa de Pitanxo indicios de 21 delitos de homicidio por imprudencia grave y contra los derechos de los trabajadores, y las familias de las víctimas, que se querellaron contra el patrón y la armadora, también incluyeron la posibilidad de que se incurriese en otro delito de falsedad documental.

También presentaron una querella contra el sobrino del patrón, si bien el juez rechazó ampliar la investigación respecto a él, siguiendo el criterio de la Fiscalía.

Para seguir indagando en lo que sucedió aquel 15 de febrero de 2022 en aguas cercanas a la isla de Terranova (Canadá), el juez también interrogará esta mañana a seis testigos, tres de ellos marineros enrolados en el "Villa de Pitanxo" en anteriores campañas al trágico naufragio.

Los otros tres testigos, que declararán por videoconferencia, son tres marineros del barco portugués 'Novo Virgem da Barca', uno de los buques que acudió al auxilio del pesquero gallego.

En su declaración ante el juez, de junio de 2022, el patrón del barco apuntó a una parada del motor y a las malas condiciones meteorológicas, que provocaron la sucesiva entrada de agua por la aleta de babor, y eso originó cada vez mayor escora.

Su versión contrastó con la del marinero Kwesi, quien, tras denunciar presiones, declaró que el motor del buque no se paró repentinamente, sino que las maquinillas que recogen el aparejo "dejaron de funcionar bien", lo que provocó la escora del barco, y que aunque pidieron al capitán que soltara los aparejos, éste se negó, y fue después, con el buque muy ladeado, cuando el motor se paró y se incrementó la escora de babor.

Un informe, de hace meses y carácter preliminar, de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM) apuntó que el Villa de Pitanxo no estaba parado cuando empezó a hundirse, sino que, aunque estaba escorado a babor y no podía recuperar la estabilidad, navegaba entre olas de diez metros y con el arte de pesca largado.

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