El papa Francisco elogia "la sensibilidad" del pueblo canario ante la llegada de migrantes

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Las Palmas de Gran Canaria, 20 nov (EFE).- El papa Francisco ha agradecido "los grandes esfuerzos" que se están haciendo para atender la emergencia humanitaria que representa la llegada a Canarias de miles de inmigrantes en pateras y cayucos y ha elogiado "la sensibilidad y hospitalidad" que está demostrando el pueblo canario.

"La sensibilidad y hospitalidad que caracteriza al pueblo canario dejan huella también en el modelo de acoger, proteger, promover e integrar a los hermanos y hermanas que llegan a sus costas buscando un porvenir. ¡Gracias por abrir las puertas del corazón a los que sufren!", dice Francisco en una carta a la que ha tenido acceso EFE.

En la misiva, dirigida a los fieles de Canarias, el papa subraya que es consciente de la "difícil situación que está atravesando el archipiélago canario debido a la crisis migratoria" con la llegada a lo largo de este año de más 33.000 personas a las islas en pateras y cayucos, cifras que ya superan el máximo histórico de 2006.

Francisco pide a sus dos obispos en la islas, José Mazuelos (Diócesis de Canarias) y Bernardo Álvarez (Diócesis de Tenerife) que transmitan a los ciudadanos del archipiélago su "aliento y cercanía" por esta situación y también por la forma como están respondiendo.

"Al afrontar estos desafíos, que comprendo que no son nada fáciles, les pido que no se desanimen y que sigan construyendo redes de amor y faros de esperanza que iluminen las sendas de la nueva humanidad, dispuesta a inclinarse, como el Buen Samaritano, para curar las heridas de los que están caídos", añade.

El papa subraya que "en los rostros de estas personas (los migrantes), surcados por el sufrimiento", se puede "reconocer una mirada que anhela un futuro de paz y fraternidad".

"Pidamos a Dios que estos anhelos lleguen a buen puerto. Que Jesús bendiga al pueblo canario y la Virgen Santa lo sostenga con su protección fraternal. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí", concluye Jorge Bergoglio su carta, fechada en Roma el 3 de noviembre. EFE

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