Córdoba (España), 5 nov (EFE).- La primera contienda fotografiada "en plenitud" fue la Guerra Civil española (1936-1939), de hecho fue "la guerra más fotografiada hasta ese momento", según la conclusión de la investigación del fotoperiodista español Antonio Jesús González.
Esto se debe, “fundamentalmente”, a que es cuando empiezan a usarse cámaras fotográficas “más profesionales” que permiten “dentro de lo que era entonces, más libertad de movimiento”.
Además, según explica González en una entrevista con EFE, las fotografías en la Guerra Civil "se convierten en una herramienta de guerra, que los dos bandos utilizan como un medio de propaganda".
La Guerra Civil española transcurrió entre 1936 y 1939 tras el levantamiento del general Francisco Franco contra el gobierno democrático de la II República, que dejó cientos de miles de víctimas, entre asesinados, enviados a campos de concentración, torturados o vejados y dio comienzo a la dictadura franquista, que se alargó hasta 1975.
Antonio Jesús González, que es periodista gráfico y responsable del archivo del diario "Córdoba" de la provincia andaluza homónima (sur de España), ha recopilado en el libro "Ni héroes, ni soldados: Fotoperiodistas" el "mayor número posible de fotografías de la Guerra Civil" de esa provincia.
"Ni héroes, ni soldados: Fotoperiodistas" es fruto de la investigación que González comenzó en 2017 y concluyó este 2023 porque "sin quitarle importancia a Robert Capa y Gerda Taro", los dos fotógrafos más conocidos, "hubo muchos más que se trasladaron a la provincia de Córdoba por la importancia estratégica que tuvo en la contienda".
Esta importancia se puso de manifiesto en los primeros meses de la Guerra Civil, entre agosto y octubre de 1936, cuando "la flor y nata de los fotógrafos españoles se trasladaron aquí".
Las fotografías, que corresponden a unos veinte profesionales españoles y dos alemanes, retratan "no sólo el día a día de la contienda, sino también la vida cotidiana de la época".
González hizo hincapié en las dificultades para encontrar estas fotografías, ya que, "cuando acaba la guerra, los vencedores se dedican a incautar todos los archivos fotográficos que pueden para utilizarlos en la famosa causa general contra todos los españoles que habían luchado por la República".
La fotografía se convierte "en una prueba judicial, y el que apareciera donde no debía en una fotografía, pues automáticamente estaba detenido".
Por eso muchas de las fotos recuperadas "estaban insertadas como pruebas en las causas judiciales" y por eso "muchos archivos fueron destruidos o sacados fuera de España, porque los fotógrafos no querían causarle problemas a nadie".
El fotoperiodista asegura que "es muy diferente la fotografía de un bando de la de otro, la forma de trabajar que tienen los fotógrafos de un bando y otro es muy distinta, estética e incluso ideológicamente las imágenes son muy fácilmente identificables".
Así las imágenes captadas en el bando franquista son, mayoritariamente "de pose, grupos de soldados en un momento que no es combate o incluso calles de un pueblo o una ciudad en la que hay un desfile o algún acto de exaltación. Es todo muy formal".
Sin embargo, "en el lado republicano tienen una obsesión, yo creo que muy condicionada, para buscar la motivación de sus tropas".
Por eso, buscan imágenes "siempre en movimiento, en lucha, que muestren mucho dinamismo, que se están consiguiendo cosas". Hay muchas más fotografías en primera línea de batalla, "aunque sean simuladas en la inmensa mayoría de los casos". EFE
Por Mercedes Martínez