Madrid, 8 sep (EFE).- Lograr que el paciente posponga la idea de morir mientras se intenta resolver el dolor que sufre es el principal objetivo de los psicólogos para prevenir el suicidio, causa por la que murieron 4.097 personas en 2022 en España.
Esta es una de las conclusiones del debate organizado este viernes por el Colegio de Psicólogos de Madrid bajo el lema "Autolesión en los adolescentes. Detección, prevención e intervención", en el marco de la iniciativa "Hablemos de… Suicidio",.
"Aplazamos la decisión mientras intentamos solventar el dolor de los determinantes sociales que causan las ideas suicidas", ha explicado uno de los expertos Luis Fernando López, quien ha señalado que en 2022, según datos provisionales, los suicidios aumentaron un 2,3 % respecto al año anterior.
Además, en 2021 hubo 316 suicidios de jóvenes de 15 y 29 años, 16 más que en 2020.
"Ha habido un incremento de conductas suicidas entre la infancia y eso se detecta con la tendencia, observando los datos desde hace seis o siete años", ha declarado José Antonio Luengo, decano de la institución a EFE en una entrevista.
Sin embargo, aclara que, aunque los adolescentes sean un "colectivo vulnerable" y los adultos tengan "más herramientas psicológicas" por haber vivido más, en el comportamiento suicida influyen otras variables del contexto, entre las que cita las redes sociales, que, advierte, juegan un papel desfavorable para los más jóvenes.
DIFERENCIAS ENTRE CONDUCTAS AUTOLESIVAS Y SUICIDAS
Por su parte, la psicóloga Eva María Carretero ha resaltado la importancia de distinguir una conducta suicida de una autolesión sin esa intención: "No es lo mismo una persona que se hace un corte por un juego de internet que una que quiere morir, no va a tener la misma problemática y en la consulta debemos tratarlos de forma distinta".
Una autolesión sin intención suicida se caracteriza por tener como objetivo un daño físico leve, con intenciones distintas, mediante el uso de medios no letales, con una alta tasa de repetición, y que supone un alivio inmediato para quien la practica.
Por el contrario, el intento de suicidio pretende acabar con la propia vida para terminar con el sufrimiento, a través de métodos de alta letalidad y no suele existir repetición crónica. Por ello, es clave que el psicólogo restrinja el acceso de este paciente a los métodos o herramientas que le sirvan para volver a cometer el acto.
ETAPAS DE LA CONDUCTA SUICIDA
Carretero ha hablado también de las etapas de una conducta suicida para que los psicólogos sepan identificar en cuál se encuentra su paciente.
La primera fase es el pensamiento sobre la muerte (ideación suicida), que da paso a la comunicación de esta idea (segunda fase) y puede ser tanto verbal como no verbal, seguida de la tentativa de suicidio (que puede ser abortado por voluntad propia o frustrado por un factor exterior) y por último el suicidio consumado.
A pesar de ello, la experta ha alertado de que "no siempre se van a presentar todas estas fases en una persona" ya que hay que tener en cuenta la "impulsividad", sobre todo en adolescentes. "Puede ocurrir que exista un suicidio sin haber pensado en ello", ha recalcado. EFE
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